miércoles, 2 de junio de 2010

Hawai’i me Espera: IV Parte

Aún quedaban muchas cosas por ver de Oahu, pero en este día decidí no salir tan temprano de ruta. Primero iría a la playa a tomar un poco el sol, bañarme de nuevo en el agua del Pacífico y después agarraría el coche para ir a bordear la isla por la zona este.


El único plan del día consistía en viajar a través de la isla e ir a ver el Polynesian Cultural Center de Laie (al noreste de Oahu).


Tras salir de Honolulu cruzando la isla hacia el este y tomar allí la carretera de la costa, no tardé en cambiar mis planes e incluir un lugar que parecía de lo más curioso: The Valley of the Temples. Un cementerio situado en un valle y que daba la sensación que escondía alguna cosa bonita en su interior... y no me equivocaba.

Al poco de entrar un señor me dijo que tenía que pagar $3 para entrar y me habló de un templo budista que podía visitar con esa entrada...


Me di una pequeña vuelta por el cementerio, en coche claro, y finalmente fui al templo del que me había hablado el señor... Wow, aquello fue como transportarse a Oriente. Un lugar de lo más tranquilo en el que podías entrar a visitar una estatua de Buda.


Tras salir del Valley of the Temples me puse en camino hacia Laie para conocer un poco más de la cultura polinesia. La entrada al Polynesian Cultural Center costaba $45 y otros $5 por dejar el coche en el parking (en Hawai’i se paga por todo), la pagué religiosamente y me fui a dar una vuelta y conocer algo acerca de Tonga, Samoa, Haití, Hawai’i, Aotearoa y Fiji.



Aprendí un chingo de cosas, me enseñaron a decir “hola” en los seis diferentes idiomas de las islas, me dejaron con las ganas de ir a visitar alguna de estas islas (preferentemente Tonga) y me divertí con todos los espectáculos que tenían en cada esquina... La entrada era válida para tres días, y estoy seguro que en los tres días podría seguir aprendiendo más cosas, pero no disponía de tres días para gastarlos en ese lugar y dejar de ver otras cosas de Oahu.


Por cierto, incluso estuve aprendiendo a bailar como las hawaiianas, ya no me acuerdo de nada, pero es cierto que estuve aprendiendo jajaja


Después continué mi viaje hacia el norte de la isla para seguir contemplando los diferentes paisajes de la isla (montañas increíblemente escarpadas, naturaleza salvaje por todas partes, zonas llanas en la zona norte, playas de arenas blanquísimas y aguas azulísimas, islotes...) y pasar por la capital mundial del surf, Haleiwa.


De Haleiwa decidí atravesar por el centro de la isla para ver las enormes plantaciones que Dole (la marca de zumos) tiene por toda la zona norte de Oahu y finalmente llegar a Honolulu de nuevo para ir a la playa de Waikiki a bañarme otro rato antes de la obligada vuelta nocturna y planificación del día siguiente.


Otro día se acababa en Hawai’i... no importaba, al día siguiente vendría otro más :)

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