sábado, 28 de julio de 2012

Último Viaje como PPVV ó Luna de Miel 2ª Parte: Crucero a Alaska


Ya se habían acabado las clases y ya llegaba la hora de dejar la casa que me había estado acogiendo durante tres años seguidos.

Saraí y yo sacamos TODO lo que aún quedaba en la casa y lo cargamos en la Suburban. Una pena ir viendo cómo las cosas van desfilando por la puerta para buscar sitio en la camioneta o cómo las va cargando en sus respectivos coches la gente que te compra los cachibaches que no puedes llevarte (el sófá, la cama, las sillas, el armario del baño...)

Curiosamente lo último que nos vinieron a recoger fue la cama. Estábamos tumbados viendo un episodio de Game of Thrones y nos tuvimos que levantar y seguir viéndolo en el suelo... eso sí, el internet fue lo último que desconectamos antes de salir de casa.

 

 A las ocho y media de la tarde del día 31 de mayo de 2012 le pasé la llave por última vez a la puerta de la cocina, esta vez, para no volver a abrirla nunca más... A partir de ahora se encargará de abrirla y cerrarla una chica muy alta y muy guapa que trabaja de modelo.

Nosotros nos fuimos con las dos camionetas cargadas (la Patriot de Saraí y mi Suburban) a casa de Santiago que nos iba a acoger allí mientras no poníamos rumbo a tierras mexicanas. Pero antes de ir a México aún nos quedaba por disfrutar del último viaje: un crucero por Alaska a bordo del barco Infinity de Celebrity Cruises.

 

El día 1 de julio volamos desde Albuquerque a Seattle. Allí nos esperaría, al día siguiente, el barco que nos iba a dejar maravillados durante una semana. El día 2 nos acercaron en un coche de alquiler al barco, Elisa y Mariola que, coincidencias de la vida, también habían decidido pasar esos días por la zona noroeste de USA.


Del crucero pocas cosas se pueden describir porque fue todo totalmente distinto a lo que estaba acostumbrado a ver y a viajar: 7 días subiendo y bajando de un barco para ver diferentes pueblos de Alaska (Juneau, Skagway, Ketchitkan, Victoria), fuimos a ver un glaciar desde el propio barco y, mientras tanto, disfrutabas con un servicio excelente en el que te trataban a cuerpo de rey en la habitación (nada más salir ya entraba alguien a limpiar el baño y hacer la cama), en la hora de la cena (comiendo a la carta todos los días y con un servicio espectacular), disfrutando de los restaurantes de especialidades, viendo shows en el teatro del barco que bien podrían estar en los mejores teatros de Broadway, aprovechando al máximo un buffet en el que había comida de todo el mundo y que siempre estaba fresco y sabrosísimo, comprando sin taxes un iPad en el propio barco, echando moneditas en el casino para ver si tocaba algo... En definitiva, una experiencia increíble que esperamos poder repetir algún día


De las excursiones a tierra (algo que no estaba incluido en el precio, de lo demás, prácticamente todo estaba incluido: salvo los restaurantes de especialidades y la compra del iPad) solo se puede decir que eran muy caras pero desde luego valían cada centavo de lo que pagabas: vimos ballenas, anduvimos en un Jeep, dimos vueltas por el medio de los bosques de Alaska, visitamos la ciudad canadiense de Victoria, nos maravillamos con cada pueblo, con cada tótem, con las águilas calvas... En fin, algo para mantener en la memoria durante mucho tiempo.

 
Después de siete días en el paraíso nos bajamos del barco y tuvimos un día más para ver un poco de Seattle antes de regresar a Albuquerque, tener nuestra última fiesta en casa de Santiago (muy buena fiesta por cierto), acabar de arreglar las últimas cosas y poner rumbo a México con los coches cargados, la cabeza haciendo resumen de los años disfrutados en USA y con ganas de empezar una nueva vida. Nueva vida que, por incierta laboralmente, aún se hacía más intrigante a la par que inquietante.


Ya en México entregué el título de mi camioneta al padre de Saraí (me compró él la trocota) y nos dispusimos a disfrutar de un mes en tierras mexicanas en el que nos dio tiempo de estar en Sabinas Hidalgo, Monterrey y visitar Real de Catorce, SLP (precioso pueblo) y León, Guanajuato. El día 24 de julio nos regresamos a España para llegar y disfrutar de la boda de Álvaro en Valladolid el día 28. Y hasta aquí mi aventura en tierras americanas... me fui sólo en julio de 2009 y en julio de 2012, tres años y 2 días después, regresé casado y con muchas cosas en la cabeza que compartir con mis amigos y con mis futuros alumnos


A partir de aquí mi vida se dirige por otros derroteros, ¿cuáles? el tiempo y la situación económica española lo dirán en un futuro no muy lejano. Eso sí, este blog no será testigo de ello porque, con esta entrada (la número 203), doy por terminado este espacio que ha compartido con todos vosotros y conmigo lo vivido durante tres años de vida. Si en algún momento decido que mi vida va a volver a ser interesante añadiré aquí la dirección de mi nuevo blog... quien sabe, a lo mejor no tarda mucho en llegar o a lo mejor no llega nunca. Lo dicho, el tiempo lo dirá.


O tempo ha de dicilo e vós habedes ser partícipes, non quería deixar de rematar este blog coa lingua que menos usei por USA pero coa que máis cómodo me sinto. E é que este galego que vai comigo só fai que cando chegue a Galicia non queira falar outra cousa.

¡VÉMONOS POLO MUNDO ADIANTE!
Un saúdo
Roi


Edición: martes 27 de agosto de 2013
Y como temía que podía pasar... LA AVENTURA CONTINÚA.
Esta vez el mundo nos ha llevado a Saraí y a mí a trabajar a Olomouc, República Checa... y como lo prometido es deuda, aquí queda el enlace del nuevo blog... esta vez con extensión .cz

http://dandomatesenrepublicacheca.blogspot.cz/

Vémonos polo outro blog :)