lunes, 8 de marzo de 2010

4a.- Yellowstone (WY)

La mañana del lunes se levantó con unas pocas nubes en el cielo pero sin duda muy poco preocupantes en cuanto a si iba a caer una gran nevada sobre nosotros mientras estábamos en el primer Parque Nacional de Estados Unidos: Yellowstone.



A las 6:45am ya estábamos en la tienda de deportes de aventura dispuestos a desayunar lo que allí nos ofrecían, a ponernos el traje de la moto de nieve y a arrancar detrás del microbús que nos debería haber llevado al parque.

Y digo que “debería de habernos llevado” porque nuestro plan inicial se había truncado. El plan inicial pasaba por ir a visitar todo el día Yellowstone montados en la moto de nieve, regresar a Jackson a dormir y al día siguiente atravesar de nuevo Yellowstone en nuestro coche para salir por la salida este y dormir en la ciudad de Cody (WY). ¿Qué sucedió? Pues que la carretera que atravesaba Yellowstone para ir a Cody estaba cortada desde antes de la entrada sur, con lo cual esa opción no era viable (de hecho la carretera que utilizamos para ir en las motos de nieve era precisamente ésta y la capa que la cubría efectivamente haría imposible hacer circular un coche por allí encima). Al no poder atravesar el parque el segundo día decidimos ir en nuestro propio coche hasta la entrada del parque, dejarlo allí aparcado y en el camino de regreso a Jackson separarnos del resto del grupo e irnos en dirección a Casper (WY). Así lo hicimos, pero antes de llegar al desvío a Casper aún nos quedaban muchas cosas nuevas que ver...

Tras una hora y media de viaje a través de una carretera bastante nevada y que de vez en cuando dejaba de estar asfaltada para pasar a ser de tierra, llegamos al parking de la entrada sur del parque. Allí dejamos el coche y nos dispusimos a recibir nuestro guía rápida de cómo se maneja una moto de nieve.


A las 10:30am del lunes 8 de marzo de 2010 estábamos pisando por primera vez Yellowstone National Park.

Todo lo demás que se pueda contar con palabras se queda corto a la hora de describir la inmensidad de este parque y, lo más irónico, es que nosotros sólo llegamos a ver una ínfima parte de todo lo que este magnífico parque tiene que mostrar al que lo quiera visitar. Entre las cosas que vimos: cascadas de agua, lagos inmensos congelados, montañas de color amarillo (yellow stone), de color rojo (como las de colorado), geysers (llegamos a ver en erupción el más famoso del lugar: Old Faithful), termas (springs) de colores indescriptiblemente puros, una de las zonas del parque que fue devastada por las llamas a finales de los 80, montañas por todas partes, incontables árboles flanqueando nuestro camino, la nieve cubriendo todo (salvo la zona de los geysers y de los springs), el Continental Divide (línea que separa el plano en el cual los ríos que nacen hacia el este acaban desembocando en el Atlántico y los que nacen al oeste desembocan en el Pacífico)... menos mal que la máquina de fotos tenía una buena tarjeta de memoria y se podían hacer fotos sin medida...



En definitiva, una auténtica gozada. Y eso que fuimos en invierno, me imagino que en verano (pudiendo ver más zonas del parque) se necesitará una tarjeta de memoria adicional porque el cerebro no creo que pueda almacenar tantas cosas que ver y recordar.

Como curiosidad diré que el guía nos comentó que en los meses de mayo a septiembre el número de visitantes (año 2009) superó los tres millones, lo cual explicaba el hecho de que nos dijese: Aprovechad para sacar fotos del geyser en erupción ahora que podéis hacerlo desde la primera bancada y sin gente delante. Y es que en verano, a parte de lo impresionante que debe ser la visita, debe ser casi imposible circular por la carretera con tanto coche y andar por los senderos con tanta gente. Lo mismo nos dijo cuando estuvimos visitando una de las zonas termales: Disfrutad del gusto que da no tener que andar esquivando gente por estos caminitos tan estrechos. Claro, alguna ventaja tenía que tener ir en invierno ¿no? (Bueno, como si no fuese suficiente ventaja poder disfrutar de todo ese paisaje nevado)


Por el resto, sólo decir que el viaje en moto de nieve merece la pena probarlo, al principio puede parecer un poco raro, pero cuando te das cuenta que la estabilidad es la misma que la de un coche y que con tal de cerrar gas la moto se para rápidamente te das cuenta que es bien fácil manejar ese bicho :) La velocidad que se puede alcanzar en una moto de nieve (o por lo menos la velocidad que nosotros alcanzamos con la moto que teníamos) es de más de 50 millas por hora, una velocidad nada despreciable teniendo en cuenta que vas sobre la nieve.

Cuando finalizamos el viaje, después de hacer un “round trip” desde la entrada sur hasta el Old Faithful y vuelta a la entrada sur (después de parar en varios sitios) nos montamos en el coche y a medio camino entre Yellowstone y Jackson tomamos la carretera que nos llevaría a través de las llanuras de Wyoming hasta Casper, destino en el cual decidimos hacer noche antes de seguir nuestro camino hacia Mount Rushmore.

Pero el viaje de Yellowstone a Casper, aunque fue en el mismo día, ocupará otra entrada distinta que esta ya ha quedado suficientemene larga.


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