domingo, 11 de marzo de 2012

Spring Break en el norte de USA II

Después de un relajante sueño de 12 horas nos volvimos a disfrutar de Chicago… y esta vez sí fue para disfrutarlo.


Al llegar a Chicago volvimos a llevar el coche al mismo parking que el día anterior: estaba bastante céntrico y, viendo los precios que se barajaban por la zona centro pues para qué buscar otro que probablemente fuese más caro, sobre todo si pretendías acercarte a la zona del “Promenade”


Así que empezamos a pasear por la calle Michigan y descubrimos un lugar que habíamos visto al final de la película “Source Code” y que por aquel entonces nos llamó la atención. Aunque más nos llamó la atención ver ese “huevo metálico” en Chicago porque no teníamos ni idea de que la historia de la película se desarrollaba en esta ciudad. 

 
Pues lo dicho, en el Millenium Park, justo al lado de una pista de hielo, estaba una estructura metálica que reflejaba las imágenes de los edificios. Puede parecer mentira pero allí nos pasamos un buen rato tomándonos fotos y viendo la estructura desde todos los posibles ángulos.



El día estaba muy bueno así que daba gusto pasear por las calles de Chicago así que seguimos andando por la calle Michigan hasta que nos fuimos a los muelles a ver si algún barco nos podía enseñar los edificios de Chicago desde el río.
 


En ese trayecto pasamos algún que otro puente, vimos el edificio del Chicago Tribune y nos metimos por debajo de las piernas de Marylin Monroe.


Nos llevó cerca de una hora llegar caminando desde donde dejamos aparcado el coche hasta los muelles pero cuando vas parando en todas las esquinas para sacar fotos a todos los edificios es lo normal.


Llegamos al muelle y nos montamos en el primer barco que vimos para ir a dar una vuelta por el río. Un paseo de una hora en el que nos hablaron de la historia de la ciudad y de los edificios que bordean el río. Un paseo interesante por las entrañas de la ciudad.


Entre las cosas que nos contaron: cómo un hombre estableció su residencia en las bases de uno de los puentes de la ciudad, vimos el edificio que en su día fue la superficie comercial más grande del mundo, nos explicaron cómo los edificios reflejaban el agua en sus cristaleras, vimos zonas residenciales de las baratas, edificios muy bonitos, edificios horribles… y como no, la Sears Tower.



Al bajarnos del barco nos fuimos a dar una vuelta por el muelle para hacer un poco más de hueco en el estómago antes de ir a comer y es que ya habíamos visto el restaurante en el que queríamos comer: el Bubba Gump.


 Al acabar de comer, después de esperar una media hora a que nos sentasen, nos fuimos de nuevo a la calle Michigan para seguir con nuestra visita. Ya empezaba a oscurecer así que nos fuimos de compras y nos regresamos al coche para volver al hotel del día anterior y ya descansar para, al día siguiente, empezar con el viaje en coche.


Por cierto, en Chicago lo mejor que se puede hacer es dejar el coche en un parking e irse caminando y es que en Chicago el parking te lo cobran por cada vez que entras y, en la mayoría de los parkings, el precio de entrada es igual para una hora que para todo el día.


En resumen, tras haber dormido plácidamente, Chicago se volvió mucho más bonito de repente. Un bonita ciudad que merece la pena ser vista, eso sí, si vas descansado mucho mejor :)


Ah, y a parte de todo lo que es Chicago… allí es donde empieza la Route 66. No completaré la ruta en este tiempo que me queda en este país, pero por lo menos sí puedo decir que vi el principio, Chicago, y el final de la ruta, Los Ángeles.



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