domingo, 14 de marzo de 2010

Y Santa Fe nos Recibe Nevando

Llegamos el viernes a Santa Fe para poder tener dos días de descanso antes de reincorporarse al trabajo diario, cosa que, sin duda alguna nos vino muy bien para hacer la colada de toda la semana, para hacer la compra de la semana que iba a empezar y para preparar todo aquello que se iba a explicar a lo largo de la semana a los chavales.


El sábado se levantó con un muy buen día pero ya el domingo el cielo empezó a ponerse un poco oscuro de más y a media tarde empezó a descargar la que, probablemente, sea la última nevada seria de la temporada de invierno.


Lo cierto es que empezó a nevar con bastante fuerza y a las 11 de la noche ya había una capa bastante importante sobre el suelo. Lo más bonito de esta nevada fue que no hacía prácticamente nada de aire y toda la nieve que se iba acumulando en los árboles, en los cables y en las plantas, se quedaba allí encima sin caerse... Lo cierto es que fue una nevada bien bonita y que me deja en la retina un gran recuerdo de la nieve en mi jardín.


Juan Carlos me había dicho que seguramente me acabaría cansando de tanta nieve en Santa Fe pero no, aún me quedan por ver muchas nevadas para que pueda llegar a cansarme.


Al día siguiente, como no, “two hours delay”... así claro que da gusto que nieve :)

viernes, 12 de marzo de 2010

8.- Grand Junction (CO) - Arches Nat'l Park (UT) - Four Corners (UT-CO-AZ-NM) - Santa Fe (NM)


El viaje llegaba a su fin. No sabíamos si íbamos a poder llegar el viernes a Santa Fe o si tendríamos que dormir en algún pueblo de camino. Teníamos ganas de llegar a casa y dormir en una cama conocida, pero eso no iba a ser problema... estábamos con la idea en la cabeza de: a ver cómo se desarrolla el día.

Eso sí, para recuperar el sueño perdido en el día anterior, decidimos quedarnos en el Motel (un Best Western) hasta que el desayuno nos marcase la hora de salida. Teníamos bastante cansancio de todas las horas de conducción del día anterior.


Al salir de Grand Junction nos empezamos a dar cuenta que a lo mejor no era mala idea parar en el Arches National Park (UT), por el cual ya habíamos pasado en nuestra segunda etapa pero sin llegar a parar... Echamos cuentas y a final de cuentas no nos retrasaría mucho en nuestro viaje hacia Santa Fe (previo paso por Four Corners) así que decidimos conducir directamente desde Grand Junction hasta Arches (al lado de Moab).

Llegamos a Arches a eso de las 2:30pm, pagamos la entrada al parque y nos dispusimos a disfrutar de nuevo con los impresionantes colores de las montañas de Utah (había tierra incluso de colores verdes), con la grandiosidad del parque y con la grandiosidad de los arcos. Fueron algo más de dos horas que nos hicieron disfrutar con todo lo que vimos... lo cierto es que estas cosas hicieron que nos olvidásemos por un rato de las cuatro horas de desvío del día anterior.



Al salir de Arches nuestro siguiente destino estaba marcado en Four Corners, nos restaba atravesar el resto de Utah y tomar algunas carreteras que, ya desde un principio, sabíamos que no iban a estar demasiado bien señalizadas.


Tras pararnos en varios cruces para decidir qué dirección tomar, pasar por carreteras de tercera categoría, atravesar algún que otro cañón y ver pozos extractores de petróleo, llegamos a Four Corners y... ¡sorpresa! Por obras el monumento (bueno, la piedra en el suelo) estaba cerrado a las visitas... ¡Vaya! Por lo menos Four Corners no queda demasiado lejos de Santa Fe y siempre se puede pasar por allí de camino a cualquier parte.


Pues nada, pusimos el coche en marcha hacia el pueblo de Teec Nos Pos (AZ) y después tomar la ruta hacia Farmington, Cuba y Santa Fe.


Lo cierto es que ya pasando por Cuba la noche ya se había cerrado sobre nosotros pero las ganas de dormir en una cama conocida fueron más poderosas que la propia oscuridad de la noche así que decidimos seguir adelante y llegar a Santa Fe sobre las once de la noche...



El viaje acababa de acabar, ahora sólo faltaba hacer recuento de todo lo visto, de todas las millas recorridas, de todo el dinero gastado, de contar todo esta “gran experiencia” en el blog y de descansar de tantas emociones vividas.

Resumen del último día del viaje: 900 millas, unas 11 horas conduciendo, impresionantes recuerdos del Arches National Park, disfrute de los paisajes agrestes de Utah (la parte que no habíamos podido ver el primer día debido a la noche), muchas millas a las espaldas y el recuerdo de una de las experiencias más satisfactorias en cuanto a viajes se refieren.

¡Impresionante! ¿Cuándo repetimos?

jueves, 11 de marzo de 2010

7.- Hot Springs (SD) - Cheyenne (WY) - Idaho Springs (CO)


Después de pasar la noche en Idaho Springs y decidir que al día siguiente nos levantaríamos temprano para llegar a esquiar a Aspen, el día nos dio la sorpresa.

Y la sorpresa no tuvo nada que ver con lo que pensábamos que era algo probable: que la nieve cayese tan cerrada sobre las montañas rocosas que no nos dejase avanzar hacia nuestro siguiente destino.


Todo lo contrario, el día se levantó con una buena capa de nieve pero nada que no permitiese conducir con total seguridad, es más, hasta lucía, de vez en cuando, el sol.



El problema llegó con las piedras que habían caído en la autopista un día antes. Llegamos hasta el sitio en el que habían caído las piedras y allí había unos señores muy amables que nos preguntaron a dónde íbamos: “We’re going to Aspen”, “Oh, you were so close and now you’re so far”...


Nos dieron las indicaciones de cómo llegar a Glenwood Springs y, agárrate a la silla, la desviación por la que nos mandaron fue una en la que tuvimos que dar un rodeo de ¡4 horas!
Si lo analizamos fríamente nos mandaron salir de las Rocky Mountain para volver a entrar y llegar a un pueblo que estaba, desde el punto en el que se habían caído las piedras, a unas 10 millas.


Como os podréis imaginar, de esquiar nada, acabamos llegando a Aspen a eso de las cinco de la tarde (después de llevar conduciendo desde las 9:30am). Pero bueno, por lo menos, gracias al desvío de la muerte, nos recorrimos lugares por los que no habríamos pasado en nuestra vida (Toponas, Steamboat Springs, Hayden, Craig, Meeker...). Eso sí, como siempre, los paisajes de las Rocky Mountain por estos pueblecitos perdidos de la mano de Dios son preciosos y mereció la pena estar vagando a través de las Rocosas... aunque bien es cierto que seguramente habríamos disfrutado más del esquí en Aspen, pero bueno, algo no tenía que salir según lo previsto en un viaje tan largo como este.


Cuando llegamos a Aspen estuvimos dando una vuelta por el pueblo. Definitivamente es un pueblo de dinero: pedazo de casas, pedazo de coches, qué tiendas más caras... Pero lo cierto es que, en cuanto ves que los remontes de las pistas de esquí salen a pocos metros de las puertas de las casas, puedes entender el por qué del tipo de habitantes que hay por allí.


Y no os penséis que hay una o dos pistas en el pueblo... ¡qué va! la montaña está plagada de pistas de esquí y hay remontes en todas partes de Aspen. Lo cierto es que me quedé sorprendido tanto por las dimensiones de las montañas, con la altitud del pueblo (7900 pies), con las casitas que se gastaban e incluso con los autobuses que venían incesantemente cargados de gente que venía a esquiar desde Glenwood Springs.

Ya que el día no había sido como habíamos planeado decidimos arreglarlo un poco yendo a cenar algo de sushi a un japonés... En algo habría que entretenerse :)


Al acabar retomamos la ruta en dirección hacia Utah y decidimos poner fin a la aventura de ese día en Grand Junction (CO) a eso de las 10:00pm, el día había empezado muy temprano para nosotros, a las 8:00am nos habíamos levantado, y ahora tocaba descansar. De Grand Junction poco que decir, un pueblo algo grande que parece tener la función de ser la entrada a Utah, llegamos ya por la noche y poco más pudimos ver.

Resumen del día: 550 millas, alrededor de 12 horas manejando, fastidio por no poder esquiar en Aspen pero que en cierto modo se compensó con el macro paseo en coche atravesando las Rocky Mountains por pueblos inéditos incluso para el Google Maps, contraste entre zonas muy nevadas y 10 millas más adelante con muy poca nieve y un gran cansancio acumulado al final del día. Menos mal que ya salíamos de las Rocky Mountains y el resto del viaje parecía que iba a estar mucho más controlado. No fue cierto al 100%, pero la sorpresa que nos aguardaba al siguiente día nos compensó el extraño día que acabábamos de pasar.


miércoles, 10 de marzo de 2010

6.- Hot Springs (SD) - Nebraska - Cheyenne (WY) - Idaho Springs (CO)


La mañana siguiente amaneció con una capa blanca sobre el coche. Nada que no nos permitiese seguir adelante con el viaje, la capa no era muy grande y las carreteras por las que nos tocaba ir estaban bastante limpias.


El plan para ese día lo teníamos claro hasta Denver (CO), después de allí ya teníamos dudas de hacia donde seguir: atravesar las Rocky Mountains e ir a conocer Aspen (CO) o ir a conocer algo de Kansas y de Oklahoma. Al final se impuso la idea de atravesar las Rocky Mountains para conocer Aspen. Pero eso ya sería al final del día, de momento aún nos quedaba atravesar unos cuantos estados.

Después de desayunar en el motel del indio nos pusimos en marcha, nos tocaba ir un poco más despacio que de costumbre por culpa de la nieve pero eso nos permitía disfrutar con mayor tranquilidad del paisaje de las Black Hills, del Oglala National Grassland y del Nebraska National Forest.


Una vez que llegamos a Nebraska empezaron las planicies de verdad, y es que casi no se veía ninguna colina que rompiese el paisaje. Eso sí, estaba todo nevado y eso siempre hace que los paisajes se vean de otra forma.


De Nebraska sólo decir: pueblos pequeños, mucha llanura, mucho animalito, rectas interminables y un chingo de trenes de mercancías. Quizás linóleo me pueda dar alguna sugerencia de por donde puedo ver algunas otras cosas de Nebraska ;)


Tras pasar varios pueblos de Nebraska: Chadron, Alliance, Dalton y Sidney. Tomamos la I-80 que nos llevaría directamente a Cheyenne, la capital de Wyoming. Pero antes de salir de Nebraska paramos en un pueblo bien chico (alrededor de 250 habitantes) a repostar y nos coincidió que mientras repostábamos pasó un tren de mercancía a nuestro lado, como ya habíamos estado hablando acerca de cuántos vagones podía tener un tren de esos, no pusimos a contarlos... ¡150 vagones! Tela, colega.

A parte de eso, mientras repostábamos se puso a nevar como tantas veces a lo largo de ese día, pero lo sorprendente vino cuando miré a mi jersey al entrar en el coche: ¿sabéis la estrellita con la que se representa la nieve en los mapas del tiempo? Pues allí estaba encima de la manga de mi jersey... y es que la naturaleza nunca deja de enseñarte cosas... Curiosa cristalización la del agua.


Al poco tiempo llegamos a Cheyenne (WY) y decidimos salir a conocer un poco la ciudad, poco que ver, algo del Downtown pero del resto como el resto de ciudades de USA, eso sí, decidimos ir a comer a un Red Lobster un poco de langosta... de vez en cuando hay que darse un caprichito y ese era un buen momento (ya habíamos comido langosta en el Pier 1 de Santa Mónica y ahora repetíamos el mismo patrón en Cheyenne :P)


Antes de que se hiciese de noche nos pusimos en marcha hacia Colorado. Pasamos por Denver, una ciudad en la que ya había estado dos veces y en la que siempre me quedo con ganas de hacerle una foto al Downtown por la noche desde la I-25, tiene un Downtown bien bonito desde la distancia (de cerca también lo es) pero claro en una autopista no puedes parar el coche para sacar una foto con trípode así que hasta que no se nos estropee el coche en medio de la autopista tendré que seguir con las ganas de tomar esa foto :)



A la altura de Denver tomamos la I-70 dispuestos a atravesar parte de las Rocky Mountains hasta llegar a Glenwood Springs. Ya había anochecido y la nieve empezaba a aparecer de nuevo, ahora con más fuerza.


Y tanto que apareció con fuerza, no habíamos recorrido ni 30 millas desde Denver cuando un tremendo atasco debido a la nieve nos cerró el camino, ya empezaba a cerrarse demasiado la noche, estábamos cansados de conducir todo un día entero y las montañas, sus curvas y la nieve de la carretera nos animaron a parar en Idaho Spring para dormir, realmente era lo más prudente.

Por no decir que sabíamos que había habido un desprendimiento de rocas el día anterior antes de llegar a Glenwood Springs que había obligado a cortar la carretera y no sabíamos qué desvío nos iban a mandar tomar.



Con todo, llegamos al motel, disfrutamos del paisaje nevado que se veía desde la ventana, vimos la película de Australia que estaban poniendo en el HBO y decidimos reponer fuerzas para, al día siguiente, ir a esquiar a Aspen (CO)... O eso era lo que nosotros creíamos...

Resumen del día: 420 millas, unas ocho horas conduciendo, el placer de poder ver las llanuras de Nebraska nevadas, comprobar lo pequeños que pueden ser los pueblos por la zona centro de USA, sorprenderse con lo largos que son los trenes de mercancías en USA y disfrutar, de nuevo, de las Rocky Mountains nevadas... aunque esta vez fuese disfrutarlas desde un atasco.