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sábado, 17 de marzo de 2012

Spring Break en el norte de USA VII


El avión salía por la tarde así que decidimos ir por la mañana de nuevo a Chicago para dar una última vuelta en coche, pero al llegar nos llevamos una gran sorpresa al ver una gran marea de gente vestida de verde dirigiéndose hacia el lago.


El motivo era claro: era el día de St Patrick y se dirigían todos a la Parade que había en Lake Shore Dr. Así que decidimos aparcar el coche, comprarnos algo verde e ir a ver la Parade, que curiosamente, acababa de empezar cuando llegamos.



Había muchísima gente y era prácticamente imposible caminar pero estuvimos como una hora u hora y media tomando fotos y viendo las diferentes carrozas de verde. 

Por miedo al posible atasco nos fuimos un poco antes de que se acabase la Parade, que no la fiesta, y llegamos a tiempo para entregar el coche de alquiler y montar en el avión que nos habría de dejar en Denver a las 7 de la tarde.

En Denver ya sólo nos quedó recoger el coche del parking y regresar conduciendo a Santa Fe. Finalmente, a la una de la madrugada estábamos en cama dispuestos a dormir y sabiendo que al día siguiente podríamos recuperarnos, porque era domingo, de la paliza del viaje.


Por cierto, el viaje en coche de vuelta mucho más tranquilo y rápido que cuando fuimos a Santa Fe y es que no había nada de nieve y estaba una noche de lo más tranquila. 

Ya sólo quedaban 20 días...

sábado, 10 de marzo de 2012

Spring Break en el norte de USA I


Por fin llegó el ansiado Spring Break y con él una semana de vacaciones que, de una forma u otra, había que aprovechar. Este año los planes se concretaron un poco tarde y después de haber planeado varias rutas decidimos escoger una visita al norte para conocer Chicago y el Niágara.   


Como el viaje en coche de Santa Fe a Chicago se iba a hacer bastante largo, sobre todo porque es parte de la Route 66 y me gustaría parar en muchos lugares y tomármelo con calma. Decidimos irnos en avión a Chicago y allí rentar un carro para movernos al resto de lugares que teníamos pensado ver.



El viaje empezó el viernes 9 de marzo a las 9 de la noche en Santa Fe y es que estuvimos manejando toda la noche para llegar al aeropuerto de Denver a las 6 de la mañana y volar directo a Chicago. Parece increíble porque no ha nevado prácticamente nada este año en NM, pero precisamente, el día que íbamos a salir en coche, como desde las 7 de la tarde, empezó a nevar y ya no pararía de nevar hasta justo la frontera de New Mexico con Colorado. Además, la nevada era bastante intensa por momentos y en una carretera en la que puedes ir a 75-80 millas por hora, hubo muchos tramos en los que no podíamos pasar de las 45mph. Eso sí, una vez pasamos a Colorado, el cielo se despejó y ya no volvimos a ver ni un solo copo de nieve.
 

Lo que me pareció curioso de este viaje fue el ver que, con toda la nevada que estaba cayendo, no me hizo falta darle a los limpias salvo cuando algún camión me adelantaba y me salpicaba agua en el parabrisas. Y ahí era donde venía el problema gordo… y es que, como hacía tanto frío fuera, los limpias estaban congelados y únicamente podían quitar un poco del agua que había y el resto lo dejaban sin limpiar. Por un par de veces tuve que salir de la I-25 para limpiar a mano el parabrisas y quitarle el hielo a los limpias.

Finalmente llegamos sobre las cuatro de la mañana al DIA (Denver International Airport), dejamos el coche en el aparcamiento más barato del aeropuerto, nos llevaron en autobús del aparcamiento a la terminal, desayunamos algo en el aeropuerto y esperamos a que el avión nos llevase a Chicago.

  
Llegamos a Chicago a las diez de la mañana y nos fuimos a rentar el coche. En el mostrador nos dieron un susto bien grande con el precio final del vehículo, se nos fue casi al doble de precio, y es que en Internet no nos habían incluido todas las taxes y resultó que tuvimos que ponerle un seguro, obligatoriamente, al coche que nos rompió un poco los esquemas del presupuesto que habíamos previsto inicialmente. Pero, claro, ¿qué haces? ¿les dices que no? Si sabes que si te vas a la compañía de al lado te van a hacer la misma jugada… Pues nada, a pagar y a callar.


Después de agarrar el coche nos fuimos al Downtown de Chicago para ver qué podíamos empezar a ver. Nunca había estado en Chicago y no quise pedir más que un par de consejos de qué visitar. Llegamos a un aparcamiento en el centro de Chicago, carísimo como todos los aparcamientos de Chicago, ($14 por día, aunque los había muchísimo más caros) y nos fuimos a comer algo a un irlandés que, surprise, surprise, tenía una máquina en cada mesa en la que podías marcar para que viniese el camarero, podías ver el dinero que llevabas gastado con lo que ibas pidiendo, podías ver la carta… ¡hasta podías pagar directamente utilizando el lector de tarjetas!


Una hamburguesa y un par de cervezas después nos fuimos a visitar el lago y a pasear un poquito al lado del lago. Y digo poquito porque el cansancio de haber dormido tan solo unas cuatro horas en el coche y el avión estaba empezando a pasarnos factura y decidimos ir a buscar un motel para descansar hasta el día siguiente, y es que estar de turismo sin haber dormido bien evita que aprecies las cosas que ves.


Para buscar hotel pasamos bastante tiempo porque los del Downtown tenían precio prohibitivo (más el parking aparte) y hasta que entramos en un McDonald’s para utilizar Internet y buscar un motel que estuviese más o menos no hubo manera de ver ningún motel desde la carretera. Ah, a todo esto hay que añadirle un tráfico tremendo.


Llegamos al hotel como a las 6:30pm, a las 7:00pm ya estábamos durmiendo, se supone que era una siesta nada más, y cuando nos despertamos ya eran las 8am. Descansamos tan bien… al día siguiente todas las cosas que visitamos ya nos parecieron mucho más bonitas que el día anterior.

           

sábado, 4 de septiembre de 2010

De Fin de Semana a Denver y Boulder (CO)



El lunes fue Labor Day, es decir, fin de semana de tres días y hablando con unos compañeros, decidimos ir a Denver para ver cómo era la vida nocturna en esa ciudad. Yo ya conocía algo del Denver de día, ahora falta el Denver de noche.


Como éramos 6 personas (Saraí, Santiago, Sara, Dulce, Sara Marta y yo) decidí llevar mi Suburban y comprobar si aguantaba un viaje hasta Denver y la gasolina que consumía… y la camioneta pasó la prueba con nota: no dio absolutamente ningún problema en el viaje y al final el gasto de gasolina se redujo a $20 por cabeza.

Decidimos salir el sábado en la mañana temprano y así ahorrarnos una noche de hotel. Llegamos a Denver a media mañana con el tiempo suficiente de conocer el Downtown y aprovechar la noche para ir a dar una vuelta por los bares denverianos.


El Downtown de Denver es algo que merece la pena ver para ver el ambiente que hay, la gente caminando por las calles y las noches llenas de gente en los pubs. De las noches decir que hay gente en todas partes al igual que en las grandes ciudades europeas, la única diferencia, la de siempre, a las dos de la madrugada te vas para tu casa sí o sí…


El domingo nos levantamos con la idea de ir a visitar el pueblo de Boulder (CO), un pueblo que está al pie de las Rocky Mountains y que es muy tranquilo. Una visita rápida con el coche a las afueras del pueblo y después nos decidimos a caminar por la calle principal de Boulder para disfrutar de la buena temperatura que había, de los puestos de helados de la calle, de la gente haciendo sus shows para sacarse algún dinerillo y de las terrazas en las que tomar una cervecilla.


Al regresar a Denver nos fuimos a cenar algo, salir a conocer algún otro pub nocturno e irnos para cama a descansar para al día siguiente salir para Santa Fe temprano en la mañana.


Al final salimos sobre las ocho de la mañana, nos esperaban seis horas de viaje y algún tiempo para descansar en Santa Fe antes de retomar el ritmo de trabajo.



En resumen, Denver es una ciudad que bien merece la pena ser conocida tanto de noche como de día y Boulder es un pueblo estupendo para hacer una escapada de un día desde Denver. En definitiva, un buen viaje.

miércoles, 10 de marzo de 2010

6.- Hot Springs (SD) - Nebraska - Cheyenne (WY) - Idaho Springs (CO)


La mañana siguiente amaneció con una capa blanca sobre el coche. Nada que no nos permitiese seguir adelante con el viaje, la capa no era muy grande y las carreteras por las que nos tocaba ir estaban bastante limpias.


El plan para ese día lo teníamos claro hasta Denver (CO), después de allí ya teníamos dudas de hacia donde seguir: atravesar las Rocky Mountains e ir a conocer Aspen (CO) o ir a conocer algo de Kansas y de Oklahoma. Al final se impuso la idea de atravesar las Rocky Mountains para conocer Aspen. Pero eso ya sería al final del día, de momento aún nos quedaba atravesar unos cuantos estados.

Después de desayunar en el motel del indio nos pusimos en marcha, nos tocaba ir un poco más despacio que de costumbre por culpa de la nieve pero eso nos permitía disfrutar con mayor tranquilidad del paisaje de las Black Hills, del Oglala National Grassland y del Nebraska National Forest.


Una vez que llegamos a Nebraska empezaron las planicies de verdad, y es que casi no se veía ninguna colina que rompiese el paisaje. Eso sí, estaba todo nevado y eso siempre hace que los paisajes se vean de otra forma.


De Nebraska sólo decir: pueblos pequeños, mucha llanura, mucho animalito, rectas interminables y un chingo de trenes de mercancías. Quizás linóleo me pueda dar alguna sugerencia de por donde puedo ver algunas otras cosas de Nebraska ;)


Tras pasar varios pueblos de Nebraska: Chadron, Alliance, Dalton y Sidney. Tomamos la I-80 que nos llevaría directamente a Cheyenne, la capital de Wyoming. Pero antes de salir de Nebraska paramos en un pueblo bien chico (alrededor de 250 habitantes) a repostar y nos coincidió que mientras repostábamos pasó un tren de mercancía a nuestro lado, como ya habíamos estado hablando acerca de cuántos vagones podía tener un tren de esos, no pusimos a contarlos... ¡150 vagones! Tela, colega.

A parte de eso, mientras repostábamos se puso a nevar como tantas veces a lo largo de ese día, pero lo sorprendente vino cuando miré a mi jersey al entrar en el coche: ¿sabéis la estrellita con la que se representa la nieve en los mapas del tiempo? Pues allí estaba encima de la manga de mi jersey... y es que la naturaleza nunca deja de enseñarte cosas... Curiosa cristalización la del agua.


Al poco tiempo llegamos a Cheyenne (WY) y decidimos salir a conocer un poco la ciudad, poco que ver, algo del Downtown pero del resto como el resto de ciudades de USA, eso sí, decidimos ir a comer a un Red Lobster un poco de langosta... de vez en cuando hay que darse un caprichito y ese era un buen momento (ya habíamos comido langosta en el Pier 1 de Santa Mónica y ahora repetíamos el mismo patrón en Cheyenne :P)


Antes de que se hiciese de noche nos pusimos en marcha hacia Colorado. Pasamos por Denver, una ciudad en la que ya había estado dos veces y en la que siempre me quedo con ganas de hacerle una foto al Downtown por la noche desde la I-25, tiene un Downtown bien bonito desde la distancia (de cerca también lo es) pero claro en una autopista no puedes parar el coche para sacar una foto con trípode así que hasta que no se nos estropee el coche en medio de la autopista tendré que seguir con las ganas de tomar esa foto :)



A la altura de Denver tomamos la I-70 dispuestos a atravesar parte de las Rocky Mountains hasta llegar a Glenwood Springs. Ya había anochecido y la nieve empezaba a aparecer de nuevo, ahora con más fuerza.


Y tanto que apareció con fuerza, no habíamos recorrido ni 30 millas desde Denver cuando un tremendo atasco debido a la nieve nos cerró el camino, ya empezaba a cerrarse demasiado la noche, estábamos cansados de conducir todo un día entero y las montañas, sus curvas y la nieve de la carretera nos animaron a parar en Idaho Spring para dormir, realmente era lo más prudente.

Por no decir que sabíamos que había habido un desprendimiento de rocas el día anterior antes de llegar a Glenwood Springs que había obligado a cortar la carretera y no sabíamos qué desvío nos iban a mandar tomar.



Con todo, llegamos al motel, disfrutamos del paisaje nevado que se veía desde la ventana, vimos la película de Australia que estaban poniendo en el HBO y decidimos reponer fuerzas para, al día siguiente, ir a esquiar a Aspen (CO)... O eso era lo que nosotros creíamos...

Resumen del día: 420 millas, unas ocho horas conduciendo, el placer de poder ver las llanuras de Nebraska nevadas, comprobar lo pequeños que pueden ser los pueblos por la zona centro de USA, sorprenderse con lo largos que son los trenes de mercancías en USA y disfrutar, de nuevo, de las Rocky Mountains nevadas... aunque esta vez fuese disfrutarlas desde un atasco.