sábado, 6 de marzo de 2010

2.- Moab (UT) - Jackson (WY)


El sábado nos levantamos con dos ideas en la cabeza: visitar Salt Lake City (capital de Utah) y llegar a Jackson (pueblo que nos permitiría visitar Teton y Yellowstone).

Nos pusimos en marcha a eso de las 11:30am porque había que descansar de los madrugones de la semana y del viaje contrarreloj del día anterior. Arrancamos decididos a atravesar todo el estado de Utah, parte de Idaho y un poquito de Wyoming. Un día nublado nos acompañó durante todo el camino.


Nada más salir de Moab nos dimos cuenta de lo que tanto habíamos escuchado por parte de un montón de gente: “Utah es precioso” y es que el gran placer de atravesar Utah consiste en tener la suerte de ir en el asiento del acompañante con los ojos bien abiertos viendo la infinidad de colores que ofrece la tierra de las montañas (amarillo, colorado, verde, negro...)


Después de viajar a lomos de una carretera que surcaba las Montañas Rocosas a su paso por Utah llegamos por fin a las afueras de Salt Lake City. Lo primero que se nos presentó fue el Downtown de la ciudad con sus edificios altos y las montañas dibujando su perfil al fondo... Estábamos a punto de entrar en Salt Lake City, una ciudad de la cual sólo sabíamos que tenía un gran aeropuerto (conexión desde muchos puntos para llegar a Albuquerque), que había albergado los Juegos Olímpicos de Invierno del 2002 y el comentario de una compañera de trabajo: “¿y qué vais a hacer en SLC?”



Visita rápida al Downtown, una visual del Estadio Olímpico y un paseo por uno de los parques más importantes de la ciudad (que aún conservaba la nieve de las últimas nevadas). Lo cierto es que nos esperábamos una ciudad un poco más activa y más atractiva pero no encontramos gran cosa, quizás el hecho de haber estado sólo tres horas tampoco haya ayudado demasiado a ver los encantos de la ciudad pero, así por encima, fue más que suficiente las tres horas para hacernos una idea de lo que es la ciudad.

Eso sí, llevábamos un poco de prisa por llegar a Jackson ese día porque sino podría haber sido una gran idea subir a ver todas las instalaciones olímpicas de las montañas o incluso haberse acercado al Salt Lake que está al norte de la ciudad a comprobar “in situ” si el agua del lago es efectivamente salada (el lago sólo llegamos a verlo un poco desde el coche en nuestra ruta hacia Idaho).



Después de visitar Salt Lake City la noche empezó a echarse encima y sólo nos alcanzó a ver un poco más del paisaje de Utah (que ya se había suavizado un poco en cuanto a montañas), el cartel de entrada a Idaho y un poco del agreste paisaje de Idaho por su zona Sureste.

Ya en Idaho paramos a descansar un poco en el pueblo de Idaho Springs y de paso ver, de nuevo, otro pueblo con ese encanto que todos los pueblos americanos desprenden... y es que tienen “un no sé qué, que qué sé yo” que no sería capaz de describir... Esas luces amarillas al lado de la calle principal, esos edificios de una sola altura en los que hay negocios de lo más extraño, esos semáforos colgando del otro lado de la calle y que te dicen si puedes pasar o no, las luces de neón... lo dicho: “un no sé qué, que qué sé yo”...



Llegaba la parte más complicada del viaje. Y es que el camino hacia Jackson era a través de carreteras secundarias llenas de intersecciones que no nos podíamos pasar y con un montón de curvas que atravesaban los aledaños del Grand Teton Park y el propio Gran Teton, por no contar el hecho de que la noche ya nos había envuelto con su manto negro. Al final llegamos sin ningún problema, eso sí, justo al pasar al estado de Wyoming (ya cerca de nuestro destino final) tuvimos que ir a unas 25 millas por hora debido a las fuertes pendientes de la carretera, eso sí, íbamos tranquilos de no salirnos de la carretera porque a un lado y a otro de la carretera había una capa de por lo menos metro y medio (cuando no de dos metros) de nieve que nos impediría caernos montaña abajo en caso de salirnos :)



Finalmente llegamos a Jackson: un pueblo destinado única y exclusivamente al turismo y a las excursiones guiadas (en moto, en coche, en autobús, en quads, caminando...) a los dos grandes parques naturales que tiene al lado: Grand Teton y Yellowstone.

Después de chequear un par de moteles para ver en cuál nos salía más barato (había moteles ciertamente caros) y en cuál nos daban el desayuno por las mañanas, decidimos quedarnos en la socorrida cadena Motel 8.



Aún no era demasiado tarde y decidimos ir, después de comer algo en la habitación, a tomarnos una cervecita por haber llegado al primer gran destino de nuestro viaje.

Al día siguiente decidimos aprovechar la mañana descansando hasta la hora de cierre del desayuno, estábamos cansados y ese era un buen día para recuperarnos de la paliza que nos habíamos metido (y de paso tomar fuerzas para la que nos quedaba aún por delante).


Pero eso ya forma parte del siguiente día...



Resumen del día: 536 millas recorridas, alrededor de 10 horas conducidas y la alegría de estar a nada de dos grandes Parques Naturales (Grand Teton National Park y Yellowstone National Park)

1 comentario:

  1. Se me ocurre uja pregunta:
    ¿Por qué parece que todavía tienen puestas las luces de Navidad???????

    Otra cosa: Tú siempre haciendo fotos a los coches con tu sombrero!!!!!!

    Mil abrazos

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