Llegamos el viernes a Santa Fe para poder tener dos días de descanso antes de reincorporarse al trabajo diario, cosa que, sin duda alguna nos vino muy bien para hacer la colada de toda la semana, para hacer la compra de la semana que iba a empezar y para preparar todo aquello que se iba a explicar a lo largo de la semana a los chavales.
El sábado se levantó con un muy buen día pero ya el domingo el cielo empezó a ponerse un poco oscuro de más y a media tarde empezó a descargar la que, probablemente, sea la última nevada seria de la temporada de invierno.
Lo cierto es que empezó a nevar con bastante fuerza y a las 11 de la noche ya había una capa bastante importante sobre el suelo. Lo más bonito de esta nevada fue que no hacía prácticamente nada de aire y toda la nieve que se iba acumulando en los árboles, en los cables y en las plantas, se quedaba allí encima sin caerse... Lo cierto es que fue una nevada bien bonita y que me deja en la retina un gran recuerdo de la nieve en mi jardín.
Juan Carlos me había dicho que seguramente me acabaría cansando de tanta nieve en Santa Fe pero no, aún me quedan por ver muchas nevadas para que pueda llegar a cansarme.
Al día siguiente, como no, “two hours delay”... así claro que da gusto que nieve :)
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