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viernes, 30 de abril de 2010
Acampando en Río Chama con TECHS II
El jueves nos levantamos a la hora de siempre, un par de maestros se habían ido a buscar agua a Abiquiú por la mañana temprano y ya únicamente nos quedaba esperar por ellos para poder dar comienzo a las clases de la mañana: la de geología y la de matemáticas.
Ese día desayunamos pancakes, la gran mayoría de los alumnos se pusieron muy contentos, lo cierto es que estaban bien ricos... pancakes con bacon frito y huevos revueltos. El aceite del bacon ayudó a hacer posteriormente los pancakes, fue un invento que resultó bien interesante :)
Cerca de las once nos pusimos en marcha hacia una localización cercana para pedir una montaña bien alta y en la que se distinguían varias capas. El grupo de matemáticas se paró al lado de la carretera y, utilizando el teorema de Pitágoras y un transportador de ángulos (protactor en inglés), medimos la distancia que nos separaba de la montaña y posteriormente medimos la altura de cada una de las claramente diferenciadas capas de la montaña.
Durante todo el tiempo sopló un fuerte y frío aire, justo cuando estábamos a punto de dar por finalizada la fase de medición empezó a llover... Acabamos como pudimos la última medición y nos regresamos al campamento bajo la lluvia y el frío que nos hacían apurar el paso. Una vez en el campamento estuvimos trabajando, ya debajo de las carpas, en los cálculos que nos quedaban por hacer. Poco a poco la lluvia empezó a dejar paso a la nieve y ya por la tarde, después de comernos los sandwiches que nos habíamos hecho en el desayuno, la nieve empezó a hacerse una asidua compañera que no nos abandonaría hasta el día siguiente por la mañana.
Por la tarde, debido a la nieve, tuvimos que cancelar las clases de arte y en su vez decidimos hacer un hikking a lo largo del río y bajo la nieve que seguía cayendo sobre nosotros. Se apuntaron bastantes estudiantes al hikking y, cuando regresaron (yo a ese hikking no fui), nos dijeron que había sido bien bonito caminar con la nieve y la lluvia cayendo por encima de ellos... Vamos, que con el tiempo a favor o en contra, la acampada fue aprovechada al máximo.
Por la noche estaba demasiado cansado y decidí ir a acostarme bastante pronto, eso sí, con todas las capas de ropa que podía ponerme porque fuera la noche estaba bien fría y seguía nevando de vez en cuando.
A la mañana siguiente nos levantamos a las seis de la mañana, nos quedaba una mañana bastante dura de mover todas las cosas y a todos los alumnos hasta la carretera para que a las diez viniese a recogernos el bus escolar. La sorpresa apareció cuando abrí la cremallera de la tienda y me cayó a los pies un montón de nieve y es que estaban todas las tiendas y los alrededores nevados... no es que fuese una gran nevada, pero saliendo de las tiendas de campaña, impresiona bastante. Por no hablar del frío que pasamos hasta que logramos encender el fuego y calentar un poco de agua caliente para prepararnos café o chocolate caliente.
Finalmente a las ocho de la mañana empezamos a hacer los viajes con los coches cargados de alumnos y de equipaje... A las diez de la mañana, y tras dos viajes con los tres coches que teníamos (había venido el director con su troca a ayudarnos ese viernes por la mañana), teníamos todo en el borde de la carretera principal (a unas nueve millas del lugar de la acampada), sólo nos quedaba esperar a que viniese a por nosotros el autobús. Llegó 45 minutos después de lo planeado y ya nos había dado tiempo a preparar una pequeña hoguera para calentarnos porque, aunque el sol brillaba, seguía haciendo un frío de la leche... De hecho por la mañana el coche marcaba unos 32ºF y a las diez de la mañana el termómetro no subía de 45ºF.
El viaje de regreso a Santa Fe se hizo sin mayores problemas, a las 12 de la mañana llegamos de vuelta al instituto y, cerca de la una, ya estábamos todos yéndonos a nuestras casas para darnos una ducha y recuperar el sueño de toda la semana.
En resumen, una gran acampada, los chicos se comportaron de maravilla, no hubo ni un solo problema y todos aprendimos un montón y vimos un montón de cosas... Para repetir todas las veces que haga falta.
Acampando en Río Chama con TECHS
Una de las cosas buenas que tiene TECHS es que, al menos dos veces al año, tiene que haber una acampada con los chicos en medio de la naturaleza...
El invierno estaba empezando a desaparecer de Santa Fe y la primavera estaba empezando a abrirse las puertas en esta ciudad, buen momento para aprovechar e ir con los alumnos a su segunda acampada del año. El sitio escogido fue un “camp site” cerca del pueblo de Abiquiú (a unas 70 millas al noroeste de Santa Fe): un lugar al lado del Río Chama que es absolutamente precioso... naturaleza verde, perdido en medio de la nada (tan sólo había un monasterio de monjes de clausura a unas tres millas del lugar de la acampada), con montañas tricolor (rojo, amarillo y blanco) por todas partes y con unos caminos perfectos para hacer excursiones inolvidables... En definitiva, un lugar idílico en el que decidimos pasar cinco días de auténtico disfrute con los alumnos... Al igual que dije en la primera acampada (en Galisteo, en medio del desierto): una experiencia a repetir tantas veces como sea necesario.
Pues bien, el lunes llegué al instituto a las 8:30am con los asientos de mi Suburban plegados por si necesitásemos llevar mi camioneta para transportar el material que no cupiese en el autobús y en la Chevrolet Tahoe que se había comprado recientemente el instituto (¿no teníamos el presupuesto escolar muy ajustado? Realmente no sé de dónde vino este cambio de mentalidad de gastos por todas partes pero mejor es no preguntar mucho...). Efectivamente, con todas las cosas que había que llevar y con los 25 alumnos que al final fueron a la acampada, el autobús y la Tahoe se quedaron escasas para tanto “staff”, es más, no sólo necesitamos mi Suburban sino también la troca del director...
A las 9:45am ya estábamos arrancando hacia la primera parada del día: Ghost Ranch, un lugar en el que nos enseñaron fósiles de dinosaurios y las técnicas que utilizaban para datar y estudiar dichos fósiles. La visita a este rancho entraba dentro de los planes educativos del campamento pues una de las finalidades del campamento era que los estudiantes pudiesen pintar, guiados de la mano de una artista que contrató el instituto para darles clases a los alumnos los viernes, los paisajes (landscapes) de la zona, y este había sido el lugar escogido por Georgia O’Keeffe, la artista más importante de Santa Fe de principios del siglo XX, para realizar sus pinturas.
Al acabar la visita seguimos hacia el lugar de la acampada y al poco de entrar en el camino de tierra que daba acceso al campamento (teníamos que ir por ese camino unas 8 millas), la conductora del autobús se plantó y dijo que ese camino no era seguro para meter el bus y que ella no seguía, que nos dejaba a los niños en el borde de la carretera y que ella se volvía a Santa Fe :O... Intentamos convencerla de que el camino no era tan peligroso (realmente no lo era), pero no hubo manera de convencerla, así que ahí nos ves con los tres coches que llevábamos cargando todo las cosas del campamento y a todos los chavales y haciendo viajes del campamento al lugar donde habían dejado a los chicos para poder empezar la verdadera acampada. Después de alrededor de dos horas (el recorrido de ida y vuelta en coche llevaba una hora sin contar el tiempo de cargar y descargar las cosas) por fin teníamos todo y a todos en el campamento... ya podíamos empezar a acampar y a disfrutar de la naturaleza que nos rodeaba.
El lunes se quedó en un día dedicado únicamente a montar el campamento, hacer sandwiches para la comida, unos burritos para la cena, hacer una hoguera para tener una fuente de calor a la que acercarse por la noche y el resto del tiempo para dedicarse a conocer los alrededores del lugar... La noche del lunes, no sé por qué motivo, fue la más fría de todos los días del campamento, por la mañana nos levantamos todos con un frío de narices... menos mal que la hoguera que encendíamos todas las mañanas, el café caliente y el chocolate caliente ayudaban bastante a templar el cuerpo para comenzar el día.
Para el martes teníamos algunas actividades que realizar con los alumnos, así que después de levantarnos todos a las 7:30, de desayunar huevos con bacon y tortillas, de prepararnos los sandwiches para la comida y de lavar todas las cosas del desayuno nos fuimos a buscar un lugar en el que poder hacer el proyecto de matemáticas (medir las distintas capas de una montaña con un aparato llamado clinómetro) y realizar el proyecto de ciencias (estudiar la geología del lugar según las distintas capas que nos mostraban las montañas). Después de estas actividades nos fuimos a dar un pequeño paseo y nos pusimos a comer al lado del río, estaba un día estupendo y la comida se hizo de lo más agradable.
Por la tarde tocaba el taller de arte y me dediqué a ver cómo los niños pintaban sus paisajes y maravillarme con lo que trabajan cuando están al aire libre... hablan, se levantan, se van a dar un paseo, pero al final, hacen aquello que se les ha mandado, lo dicho, una experiencia a repetir. He de decir que en los dos talleres de la mañana los chavales también trabajaron bastante bien.
Por la noche, la misma rutina que el día anterior (y la misma de todos los días), a las siete o siete y media se cenaba y el resto del tiempo hasta las 10:30pm era free time para hacer lo que cada uno quisiese: jugar a las cartas, calentarse en la hoguera, hablar con los compañeros, estar en las tiendas de campaña o ir a dar una vuelta alrededor del camping. A las 10:30pm “lights off”, media hora más de gente vagando a lavarse los dientes, dejar la comida dentro de los coches (la posibilidad de que los osos nos viniesen a hacer una visita a la tienda de campaña por culpa de tener algo de comida dentro hacía que todos dejásemos la comida en lugares cerrados), charlas hasta las tantas en las tiendas de campaña... lo lógico en estos casos... Finalmente a las doce nos recogíamos el resto de maestros a nuestras tiendas después de estar hablando durante todo el rato. Las maestras, que dormían en el lado de las chicas, solían recogerse un poco antes.
El miércoles tuvimos una nueva tarea que hacer al levantarnos... Ir a por agua a Abiquiú, aprovechamos para llamar al director y ponerle al día de como iban las cosas por el campamento. En principio iba a venir al día siguiente pero nos dijo que la predicción meteorológica daba lluvias y nieve para la tarde y que prefería no venir.
Al llegar de vuelta al campamento decidimos dar el parte meteorológico y se decidió que se cambiarían las clases de arte para la mañana y por la tarde ya se harían las clases de matemáticas y de geología (siempre es más sencillo dar cualquiera de estas dos asignaturas aunque el tiempo no acompañe al 100% que no intentar pintar con mucho aire o con algo de lluvia).
El resto del día estuvo soleado y lo único que apareció por allí fue un aire bastante fuerte que nos hizo cancelar el resto de actividades educativas. En su vez decidimos hacer un hikking entre las montañas que resultó ser un gran acierto, una caminata de lo más agradable a lo largo del cauce de un río que estaba seco: montañas de colores a ambos lados, huellas de animales por todos lados, paredes lisas y un montón de cosas que aprender de manos de los profesores de ciencias que nos iban leyendo la historia del lugar a través de las piedras... Eso sí, hacía bastante aire y cuando llegamos al campamento teníamos una buena capa de arena y tierra en nuestra piel y en nuestro pelo pero, aún así, mereció la pena.
Cena a las siete y media y a la cama a las 10:30pm, habíamos llegado al ecuador de la acampada, tan solo quedaban dos días más...
viernes, 2 de octubre de 2009
Excursión con los Chavales
Llevamos un mes y medio de clase y el instituto ya ha planeado la primera de las excursiones que se supone que van a hacer a lo largo del año (al final de la entrada veréis por qué digo “que se supone...”)
Martes 29 de septiembre: Suena el despertador a las 7:15am como todos los días, agarro mi mochila, mi bolsa de deporte y me voy al instituto... hoy es un día más feliz que otros porque hoy comienza una acampada con los alumnos de tres días en medio de la nada.
A las 9:00am estaba prevista la salida pero los últimos preparativos, organización de los chicos y meter todas las cosas en el bus (SÍ! UN BUS DE ESOS AMARILLOS!) hace que la salida se demore una hora y media... no importa, no tenemos prisa... lo único que nos espera es la naturaleza y la soledad del lugar ;)
El lugar de la acampada está a tan sólo a media hora de Santa Fe. El bus nos deja en una pista de tierra a una milla (tal vez milla y media) del campamento.
El primer viaje lo dedicamos a llevar nuestras mochilas y alguna que otra tienda de campaña... el camino es relativamente sencillo, salvo un par de arroyos secos que tuvimos que pasar. El problema es que somos muchos, la distancia es bastante y entre que uno se para ahora y el otro después, nos lleva un ratillo llegar.
Al llegar al campamento regresamos unos cuantos a la pista para acabar de traer todo aquello que se necesita para acampar en un lugar en el que no hay nada más que cactus, arañas, víboras y naturaleza a raudales (es decir: un montón de agua, hornillos para cocinar, útiles de cocina, toldos...)
El segundo viaje fue un poco más agotador porque había que llevar cosas ciertamente pesadas... menos mal que cuando llegamos ya estaban los sandwiches hechos y pudimos comer algo para recuperar fuerzas...
Después de comer nos dejaron la tarde libre tanto a profesores como a alumnos... tiempo para aprovechar e intentar dormir un poco antes de subir a echar un vistazo a una de las colinas que estaban al lado del campamento... ¡Qué paz! ¡Qué tranquilidad! Eso sí, del otro lado de la colina... donde los gritos de los chavales ya no se escuchaban. (Intentad admirar el silencio del siguiente vídeo, tan solo roto por el ruido de mis botas al levantarme para grabar desde un poco de más altura... IMPRESIONANTE)
Después de echarme la siesta, y antes de subir a la colina, vino Michael Tincher con nuestro primer problema: 7 chavales se habían ido hasta la pista a buscar unas esterillas para dormir y aún no habían aparecido. Bueno, pues nada, en pie y vamos en su búsqueda para ver si se han perdido o si es que están en cualquier sitio fumándose un peta, yo era, y sigo siendo, más partidario de esta última posibilidad, solo tenéis que ver a los chavales que desaparecieron para estar de acuerdo conmigo. En diez minutos los encontramos y volvemos todos al campamento...
El tiempo pasa y se hace de noche, hoguera en el cauce del arroyo (que está seco), cena a base de pasta y ensalada y finalmente reunión de todos los mexicanos alrededor de la hoguera para contar chistes, chismes e historias de miedo... estos chavales son la leche, qué bien se lo pasan estando todos juntos...
Cuando decidimos que ya es suficiente, los mandamos para las tiendas a dormir (por supuesto hicimos dos zonas bien separadas: chicos y chicas... no queríamos volver con más gente de la que habíamos llevado :D) y después de una hora más o menos logramos que todos estuviesen dentro de sus tiendas y nosotros pudimos por fin dormir (esto serían las 11:00pm)
El día siguiente amaneció con mucho aire, la temperatura era agradable y no había más que unas pocas nubes en el cielo... Agarramos a los chavales, los llevamos a la cima de la colina en la que había estado yo solo el día anterior, les dimos una pequeña clase de historia y después los separamos en dos grupos para dar una vuelta por la zona y de paso enseñarles alguna que otra cosilla acerca de mediciones y animales de la zona...
El grupo que iba con Carmen (Ciencias) y con Amber (Historia) decidieron irse por la parte alta de la colina. El grupo que venía con David (el otro profesor de Matemáticas) y conmigo y nos fuimos colina abajo y nos pusimos a andar por el cauce del río, formas bien curiosas las que el agua había dejado en la tierra: meandros por todas partes, tierra arcillosa, cortes verticales de las paredes del río... ¡digno de ver! En el camino, los alumnos encontraron una víbora, la agarraron y la llevaron todo el camino con nosotros para enseñársela al resto del grupo... Menos mal que la víbora era bastante tranquila. A las 2:30pm llegamos al campamento para comer más sandwiches :)
Por la tarde, como seguía haciendo mucho aire (aunque no frío) decidimos dejar que los alumnos se quedasen por el campamento lo que nos sirvió tanto a profesores como a alumnos para descansar de la paliza que nos habíamos dado con la caminata de la mañana. La cena la tuvimos que preparar dentro de mi tienda de campaña porque fuera se llenaba todo de arena. La cena, muy rica por cierto, fue a base de frijoles y burritos. Al acabar, los mexicanos volvieron a bajar al río para seguir con sus juegos.
La noche estaba realmente impresionante, hacía un poco de aire de más pero la alegría de ver un cielo tan limpio de contaminación, una noche con una Luna casi llena, ninguna nube alrededor, un montón de estrellas hizo que Michael Tincher se animase a sacar su telescopio y nos dedicamos a buscar estrellas en el cielo, admirar la profundidad de los cráteres de la Luna, observar Júpiter y sus bien diferenciadas cuatro lunas... MÁGICO
A las 10:00pm decidimos mandar a los chavales para las tiendas... ir se fueron bastante rápido pero nosotros tuvimos un poco más de trabajo. Tres de los chicos que habían desaparecido el día anterior volvieron a desaparecer... ¿qué estarían haciendo? Estuvimos buscándolos hasta que ellos mismos decidieron volver y por fin pudimos irnos todos para cama...
Como era la última noche de acampada los chicos salieron de sus tiendas después de que todos estuviésemos acostados, pero como tampoco hacían mucho ruido y como no se les veía intención de pasar al campamento de las chicas, dejamos que se divirtiesen bajo la estrellas. En el lado de las chicas parece ser que también fue igual, toda la noche hablando y de juerga... son chiquillos, si no hacen eso ahora, ¿cuándo lo van a hacer? :)
A la mañana siguiente nos levantamos, desayunamos, recogimos todas las cosas, nos las cargamos a los hombros entre todos y fuimos a esperar al bus... A la 13:00am ya estábamos en el instituto, donde nos esperaba la gran sorpresa del día...
Cuando llegamos nos extrañó bastante no encontrar a ningún niño deambulando por los pasillos, rascándose la barriga o simplemente haciendo alguna maldad en los “lockers” de los compañeros... Descargamos las cosas del autobús (ningún otro alumno apareció por allí cotilleando) y poco a poco se fueron yendo todos los alumnos de la excursión para sus casas. ¿Qué pasa en este instituto? ¿se han vuelto todos buenos de repente? ¿ya no hay curiosidad por preguntarle a los compañeros qué tal se lo han pasado?
La respuesta a todas esas preguntas se encuentra en que el martes por la mañana les llegó una notificación a la directiva del instituto diciendo que recortaban le presupuesto en $270.000! La decepción inicial fue tan grande por parte de la directiva que decidieron mandar a todos los chicos a casa hasta el viernes...
Según acabamos de descargar las cosas nos los explicó Juan Carlos tanto a Carmen como a mí, aún no tenemos la versión oficial de los hechos, no sé si nos la darán mañana (hoy es jueves y estoy escribiendo la entrada desde cama) o qué pasará... mañana saldré de dudas.
La cosa realmente está complicada... no lo digo en cuanto a nuestro futuro porque supongo que el Programa tendrá que solucionarlos la papeleta si al final hay que cerrar la escuela (particularmente no creo que esto vaya a ocurrir), la complicación viene a la hora de colocar a los alumnos en otras escuelas y que se acostumbren a otro ritmo de trabajo... el tiempo dirá qué es lo que ocurre.
Por cierto, el administrador parece ser que dijo que los fondos del instituto permitirían seguir pagando a todo el staff hasta el final de año, pero claro, el recorte de presupuesto en otros aspectos es más que inminente... lo cual hace peligrar las futuras excursiones que se puedan realizar, la compra de material... En todo el día de hoy, y de ayer, el cartel de administración rezaba: “Estamos haciendo el balance del año. Por favor, no molestar”
Situación difícil, y eso que aún no llegó la inspección del día 12 de octubre que es en la que se suponía que teníamos que tener 180 alumnos (tenemos sólo 120) para que nos siguiesen concediendo más fondos para el mantenimiento de la escuela... Como din na miña Terra “A Can flaco, todo son pulgas”...
Bueno, dejando estos temas burocráticos a un lado, el resumen que hago de la excursión es el siguiente:
2.- Carácter latino y carácter anglo son dos caracteres que son completamente opuestos. Los latinos son totalmente abiertos, no ocultan nada, tratan como a uno más a cualquier persona aunque se suponga que tiene más autoridad, se juntan en grupos enormes porque aunque vengan de distintos países o regiones se sienten todos iguales, cantan, comparten, ríen, gritan, lo que sea, pero juntos. El carácter anglo (no había ni una gran representación ni una buena representación) en general es mucho más cerrado, no te niegan la palabra pero tampoco se acercan a ti para hablarte, las conversaciones se limitan a un hola y adiós. Un hecho constatable en la acampada es que las dos tiendas más alejadas de todo el campamento era por un lado la de los chicos anglos, y por otro lado la de las chicas anglo... Vuelvo a decir, a lo mejor la representación anglo no era la mejor para tomar una “muestra aleatoria simple” :P y el número de anglos (7) no ayudaba frente al número de latinos (33) pero la sensación que me ha quedado es esta que os acabo de contar.
3.- La excursión, a parte de todo lo cansado que me ha dejado (me duele el menisco de la pierna izquierda, tengo los hombros cargados, tengo un cansancio de la leche de no dormir lo suficientemente cómodo y no dormir todas las horas necesarias), ha sido una experiencia totalmente positiva y que me ha servido para poder conocer mejor a mis alumnos y que ellos me conozcan a mí también
La semana que viene hay otra excursión con la otra mitad del instituto... no voy a poder estar, y sé que me va a dar pena no poder conocer mejor a esa otra mitad del institduto que me queda por conocer...
¡Boas noites!
PD: La directiva no nos ha contado nada acerca de los problemas de la escuela... Yo a día de hoy ya tenía que haber cobrado mi primer cheque con mi condición de profesor de Level 2 en vez de Level 1 pero mi sueldo sigue siendo el mismo... tampoco es que vaya a protestar estos días porque bastante trabajo tiene el pobre Steve intentando cuadrar las cuentas como para que vaya yo a tocar los “güitos” con este tema... más adelante ya iré.
PD2: Hoy, viernes 2 de septiembre, un coche ha atropellado a Carmen mientras venía en bici al instituto... balance final, un disgusto de la hostia por parte de todos los compañeros de trabajo (indudablemente, de forma más notoria para Juan Carlos y para mí) y un saldo de tres costillas rotas por parte de Carmen... Menos mal que las costillas no le han dañado ningún órgano interno... ¡Mucho ánimo en tu recuperación, Carmen!
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domingo, 6 de septiembre de 2009
Acampando en Hyde Park
Los preparativos para la acampada ya empezaron el miércoles pues teníamos que ir a hacer la compra para pasar las dos noches en Hyde Park, así que allí nos fuimos a un par de supermercados para comprar fruta, carne, leña, cerveza...
El viernes al acabar las clases, y puesto que en el instituto tienen muy buenos equipos de acampada para poder ir con los alumnos alguna que otra vez a lo largo del curso, empezamos a cargar en el coche de Rosario las tiendas de acampar, los sacos, las esterillas, los ponchos y algún que otro utensilio de cocina que había en el instituto.
Al final Rosario tuvo que hacer dos viajes para poder llevar TODO lo que teníamos que llevar y es que realmente teníamos muchísimas cosas. A Carmen y a mí nos parecía bastante exagerado pero cuando llegamos al lugar de la acampada entendimos por qué habíamos comprado tantas cosas y es que todos los del camping traían infinitas cosas para el camping... y es que parece ser que en USA el irse de camping supone llevarse todas las comodidades posibles para estar tan cómodo como en casa.
En el primer viaje nos dedicamos a buscar sitio para poder acampar, el sistema me pareció bastante curioso, tú vas con el coche y cuando encuentras un sitio libre para acampar, aparcas allí el coche y dejas todas tus cosas. A la hora a la que te apetezca bajas hasta la entrada del camping, agarras un papelito que hay allí, lo cubres y metes el dinero en un sobre junto con el papelito y lo depositas en una caja de madera que hay allí. Al día siguiente el Ranger revisa todos los papelitos y se va a dar una vuelta por todo el camping para comprobar que todo el mundo ha pagado... Porque íbamos con Rosario que si no seguro que aún estábamos buscando el modo de pago del camping.
Mientras Rosario bajaba a buscar a Juan Carlos y a Kenia (una compañera de Rosario que se apuntó también a la acampada), Carmen y yo nos quedamos montando las tiendas de campaña... al final tuvimos que usar dos parcelas, en una dejamos todas las cosas de la comida y en la otra montamos las tiendas.
En cuanto llegaron los demás se puso Juan Carlos a hacer la cena (sandwiches de ensalada de atún, “pico de gallo” que es una salsa picante para mojar con los nachos y alguna que otra cosilla para picar). Esa noche estuvo muy agradable porque había luna llena, no había nubes y no hacía mucho frío... Encendimos una hoguera con la leña que habíamos comprado, pusimos algo de música y nos quedamos tomando cervezas y charlando de todo lo que se nos ocurría hasta las 3 de la mañana... Lo siento mucho por los vecinos pero es que era viernes y había que aprovechar la noche :P
A la mañana siguiente nos levantamos a eso de las diez, desayunamos algo de leche, galletas, cereales y café y salimos a hacer algo de senderismo. Al principio fuimos monte arriba para ver si conseguíamos tener algo de cobertura en los móviles (había cobertura cero total) para que Carmen pudiese felicitar a su sobrino por su cumpleaños. La subida era de las duritas porque había una pendiente bastante fuerte pero por toda la naturaleza que se veía, merecía la pena hacer el esfuerzo.
Cuando íbamos de bajada encontramos un sendero que parecía tener bastante buena pinta así que decidimos seguir el camino hasta que llegamos a una pared de roca por la que bajaba un hilillo de agua (supongo que en invierno aquello será una cascada de agua). Nos paramos allí durante una media hora escuchando los sonidos del agua, de los pájaros carpinteros, de las chicharras... en definitiva, los sonidos de la naturaleza :)
Cuando llegamos a las tiendas de campañas nos pusimos a preparar la comida (chorizo mexicano con huevos revueltos, bacon, frijoles, más pico de gallo...), mientras estábamos cocinando por allí aparecían todo tipo de animales para aprovechar las cosillas que se nos caían, así tuvimos la visita de unas cuantas ardillas y de algún que otro pajarillo que, lejos de tener miedo, se acercaban hasta nosotros para agarrar todo lo que podían... La naturaleza en Santa Fe parece mucho más confiada que en otros sitios ;)
Después de la comida nos echamos una siesta y después Rosario bajó a Santa Fe a Juan Carlos y a Carmen porque preferían aprovechar el domingo desde primera hora. Me quedé yo sólo preparando las brasas para la barbacoa de la noche y que ahora sólo sería para Rosario, Kenia y yo. Cuando llegaron de vuelta Kenia y Rosario nos dedicamos a charlar un rato de música (los tres tenemos gustos musicales muy parecidos porque a los tres nos encanta el rock y estuvimos hablando de grupos “de aquí y de allá”), de viajes...
Al poco nos pusimos manos a la obra con la barbacoa (de esta vez había puesto las brasas demasiado pronto y tuvimos que esperar bastante para que se hiciese la comida con la poca brasa que quedaba... algún día conseguiré hacer una barbacoa en un tiempo razonable, lo prometo :P) y al acabar de comer las brochetas, los espárragos (¿sabéis que aquí en USA también los venden en manojos amarrados con una goma violeta? Costumbres universales parece ser jajaja) y las salchichas decidimos ir a calentarnos a la fogata que habíamos preparado. La noche estaba un poco más fría porque estaba nublado y había estado lloviendo un poco, pero aún así se estaba bien al lado del fuego así que seguimos hablando y escuchando música hasta las 12 de la noche mientras veíamos como el resto de vecinos hacían sus hogueras para poder calentarse.
A la mañana siguiente nos tuvimos que levantar temprano porque Kenia y Rosario tenían que ir a tomar unas clases al Community College a las nueve de la mañana. Como me tendría que quedar yo sólo en el camping decidí que yo también bajaba con ellas y ya me dejaban en casa...
Llegué a casa y decidí que aún podía dormir un rato más, así que me metí en mi camita y me quedé dormido hasta las once...
Resumen de la primera acampada en Santa Fe: sin duda fue algo muy agradable, el contacto con la vasta naturaleza que hay en Hyde Park, los innumerables animales que se ven (pude ver ardillas, pájaros carpinteros, chicharras, pajarillos de todos los colores, cuervos grandes como perros, ciervos al lado de la carretera...), la compañía de los compañeros que siempre tienen algo nuevo que aportarte con sus historias...
Ahora que estoy en casa estoy esperando a que lleguen las 7 de la tarde para ir a hacer la colada y a que lleguen de nuevo todos los compañeros para ir a la fiesta de Santa Fe, que empezó ayer y que está no muy lejos de mi casa, ninguno de nosotros sabemos qué es lo que nos vamos a encontrar en la fiesta pero, sea lo que sea, seguro que pasamos un rato agradable... Además, hay que aprovechar las fiestas porque sólo duran hasta este jueves y habrá que verlas antes de que cierren todos los chiringuitos :)
No hubo suerte con el tema de la fiesta... hoy cayó una de esas tormentas típicas de Santa Fe y el plan se canceló, ¿a dónde vamos a ir si está todo totalmente mojado? Menos mal que antes de la tormenta vino Juan Carlos por mi casa y decidimos ir a bañarnos a la piscina de su urbanización... No pude asistir a la fiesta, pero por lo menos me pude dar mi primer chapuzón en Santa Fe... ¡qué impresión! Nosotros en la piscina y los rayos y los truenos aproximándose... :)
Para acabar esta entrada hoy comentaré que, mientras estaba escribiendo, me ha sonado en el ordenador la canción de Sharabbey Road de Vetusta Morla... ¡QUÉ RECUERDOS!
Y es que es cierto que aquí estoy viviendo una aventura única y estoy conociendo a gente muy maja, pero lo cierto es que no pasa un sólo día en el que no piense en toda la gente que he dejado en España y que, salvo algunas excepciones de gente que se ha marchado a otros lugares, pueden quedar para tomar unas cañas cuando quieran en compañía de la gente que está a su alrededor... CHIC@S, QUE SEPÁIS QUE EN PARTE TAMBIÉN ESTÁIS AQUÍ CONMIGO VIVIENDO SANTA FE Y SUS ALREDEDORES... Me acuerdo todos los días de vosotros :)
El viernes al acabar las clases, y puesto que en el instituto tienen muy buenos equipos de acampada para poder ir con los alumnos alguna que otra vez a lo largo del curso, empezamos a cargar en el coche de Rosario las tiendas de acampar, los sacos, las esterillas, los ponchos y algún que otro utensilio de cocina que había en el instituto.
Al final Rosario tuvo que hacer dos viajes para poder llevar TODO lo que teníamos que llevar y es que realmente teníamos muchísimas cosas. A Carmen y a mí nos parecía bastante exagerado pero cuando llegamos al lugar de la acampada entendimos por qué habíamos comprado tantas cosas y es que todos los del camping traían infinitas cosas para el camping... y es que parece ser que en USA el irse de camping supone llevarse todas las comodidades posibles para estar tan cómodo como en casa.
En el primer viaje nos dedicamos a buscar sitio para poder acampar, el sistema me pareció bastante curioso, tú vas con el coche y cuando encuentras un sitio libre para acampar, aparcas allí el coche y dejas todas tus cosas. A la hora a la que te apetezca bajas hasta la entrada del camping, agarras un papelito que hay allí, lo cubres y metes el dinero en un sobre junto con el papelito y lo depositas en una caja de madera que hay allí. Al día siguiente el Ranger revisa todos los papelitos y se va a dar una vuelta por todo el camping para comprobar que todo el mundo ha pagado... Porque íbamos con Rosario que si no seguro que aún estábamos buscando el modo de pago del camping.
Mientras Rosario bajaba a buscar a Juan Carlos y a Kenia (una compañera de Rosario que se apuntó también a la acampada), Carmen y yo nos quedamos montando las tiendas de campaña... al final tuvimos que usar dos parcelas, en una dejamos todas las cosas de la comida y en la otra montamos las tiendas.
En cuanto llegaron los demás se puso Juan Carlos a hacer la cena (sandwiches de ensalada de atún, “pico de gallo” que es una salsa picante para mojar con los nachos y alguna que otra cosilla para picar). Esa noche estuvo muy agradable porque había luna llena, no había nubes y no hacía mucho frío... Encendimos una hoguera con la leña que habíamos comprado, pusimos algo de música y nos quedamos tomando cervezas y charlando de todo lo que se nos ocurría hasta las 3 de la mañana... Lo siento mucho por los vecinos pero es que era viernes y había que aprovechar la noche :P
A la mañana siguiente nos levantamos a eso de las diez, desayunamos algo de leche, galletas, cereales y café y salimos a hacer algo de senderismo. Al principio fuimos monte arriba para ver si conseguíamos tener algo de cobertura en los móviles (había cobertura cero total) para que Carmen pudiese felicitar a su sobrino por su cumpleaños. La subida era de las duritas porque había una pendiente bastante fuerte pero por toda la naturaleza que se veía, merecía la pena hacer el esfuerzo.
Cuando íbamos de bajada encontramos un sendero que parecía tener bastante buena pinta así que decidimos seguir el camino hasta que llegamos a una pared de roca por la que bajaba un hilillo de agua (supongo que en invierno aquello será una cascada de agua). Nos paramos allí durante una media hora escuchando los sonidos del agua, de los pájaros carpinteros, de las chicharras... en definitiva, los sonidos de la naturaleza :)
Cuando llegamos a las tiendas de campañas nos pusimos a preparar la comida (chorizo mexicano con huevos revueltos, bacon, frijoles, más pico de gallo...), mientras estábamos cocinando por allí aparecían todo tipo de animales para aprovechar las cosillas que se nos caían, así tuvimos la visita de unas cuantas ardillas y de algún que otro pajarillo que, lejos de tener miedo, se acercaban hasta nosotros para agarrar todo lo que podían... La naturaleza en Santa Fe parece mucho más confiada que en otros sitios ;)
Después de la comida nos echamos una siesta y después Rosario bajó a Santa Fe a Juan Carlos y a Carmen porque preferían aprovechar el domingo desde primera hora. Me quedé yo sólo preparando las brasas para la barbacoa de la noche y que ahora sólo sería para Rosario, Kenia y yo. Cuando llegaron de vuelta Kenia y Rosario nos dedicamos a charlar un rato de música (los tres tenemos gustos musicales muy parecidos porque a los tres nos encanta el rock y estuvimos hablando de grupos “de aquí y de allá”), de viajes...
Al poco nos pusimos manos a la obra con la barbacoa (de esta vez había puesto las brasas demasiado pronto y tuvimos que esperar bastante para que se hiciese la comida con la poca brasa que quedaba... algún día conseguiré hacer una barbacoa en un tiempo razonable, lo prometo :P) y al acabar de comer las brochetas, los espárragos (¿sabéis que aquí en USA también los venden en manojos amarrados con una goma violeta? Costumbres universales parece ser jajaja) y las salchichas decidimos ir a calentarnos a la fogata que habíamos preparado. La noche estaba un poco más fría porque estaba nublado y había estado lloviendo un poco, pero aún así se estaba bien al lado del fuego así que seguimos hablando y escuchando música hasta las 12 de la noche mientras veíamos como el resto de vecinos hacían sus hogueras para poder calentarse.
A la mañana siguiente nos tuvimos que levantar temprano porque Kenia y Rosario tenían que ir a tomar unas clases al Community College a las nueve de la mañana. Como me tendría que quedar yo sólo en el camping decidí que yo también bajaba con ellas y ya me dejaban en casa...
Llegué a casa y decidí que aún podía dormir un rato más, así que me metí en mi camita y me quedé dormido hasta las once...
Resumen de la primera acampada en Santa Fe: sin duda fue algo muy agradable, el contacto con la vasta naturaleza que hay en Hyde Park, los innumerables animales que se ven (pude ver ardillas, pájaros carpinteros, chicharras, pajarillos de todos los colores, cuervos grandes como perros, ciervos al lado de la carretera...), la compañía de los compañeros que siempre tienen algo nuevo que aportarte con sus historias...
Ahora que estoy en casa estoy esperando a que lleguen las 7 de la tarde para ir a hacer la colada y a que lleguen de nuevo todos los compañeros para ir a la fiesta de Santa Fe, que empezó ayer y que está no muy lejos de mi casa, ninguno de nosotros sabemos qué es lo que nos vamos a encontrar en la fiesta pero, sea lo que sea, seguro que pasamos un rato agradable... Además, hay que aprovechar las fiestas porque sólo duran hasta este jueves y habrá que verlas antes de que cierren todos los chiringuitos :)
No hubo suerte con el tema de la fiesta... hoy cayó una de esas tormentas típicas de Santa Fe y el plan se canceló, ¿a dónde vamos a ir si está todo totalmente mojado? Menos mal que antes de la tormenta vino Juan Carlos por mi casa y decidimos ir a bañarnos a la piscina de su urbanización... No pude asistir a la fiesta, pero por lo menos me pude dar mi primer chapuzón en Santa Fe... ¡qué impresión! Nosotros en la piscina y los rayos y los truenos aproximándose... :)
Para acabar esta entrada hoy comentaré que, mientras estaba escribiendo, me ha sonado en el ordenador la canción de Sharabbey Road de Vetusta Morla... ¡QUÉ RECUERDOS!
Y es que es cierto que aquí estoy viviendo una aventura única y estoy conociendo a gente muy maja, pero lo cierto es que no pasa un sólo día en el que no piense en toda la gente que he dejado en España y que, salvo algunas excepciones de gente que se ha marchado a otros lugares, pueden quedar para tomar unas cañas cuando quieran en compañía de la gente que está a su alrededor... CHIC@S, QUE SEPÁIS QUE EN PARTE TAMBIÉN ESTÁIS AQUÍ CONMIGO VIVIENDO SANTA FE Y SUS ALREDEDORES... Me acuerdo todos los días de vosotros :)
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