Las Cruces Again

Los dos días de después del Snow Day fueron bastante estresantes. Hacer exámenes siempre da mucho trabajo porque es cuando los alumnos aprovechan para hacerte las preguntas que no te han hecho a lo largo del curso y finalmente tienes que corregir todos los exámenes que han hecho.

Siempre intento corregir los exámenes en las siguientes clases para evitar llevarme ese tipo de trabajo a casa. Realmente conseguí hacerlo pero al final de la semana tenía un cansancio y un dolor de cabeza importante.

Menos mal que el fin de semana habíamos decidido Juan Carlos y yo ir a visitar de nuevo a Adriana a Las Cruces para ver unas danzas indias y disfrutar del fin de semana por los confines del sur de New Mexico.

Estuvimos en Tortugas, una población india cercana a Las Cruces, viendo todo tipo de bailes indios dedicados a la Virgen de Guadalupe. Es un contraste curioso ver a los indios vestidos con sus trajes tradicionales (con plumas y todo) y ver que llevan cosido al traje la imagen de un Cristo o de una Virgen de Guadalupe. Son cosas curiosas pero que se quedan en meras anécdotas cuando te evades viendo los bailes tradicionales y escuchando las canciones indias… Esta es una tierra en la que se ven muchas de las tradiciones de los primeros pobladores de Norteamérica y eso es algo que siempre te hace quedarte pensativo y flipado ante todas las cosas que estás viendo.

El sábado por la noche nos tocó ir a una fiesta de intercambio de regalos de Navidad, era una fiesta un poco parada pero bueno, no deja de ser una fiesta en la que puedes probar la comida y distraerte con las historias que escuchas.

Después de la fiesta, nos debimos de ir no mucho más tarde de las diez, fuimos a tomar unas cañas a un bar de Mesilla, cerca de Las Cruces, en el que había un grupo de rap… Nunca me ha gustado el rap, pero he de reconocer que escucharlo en directo fue bastante divertido, puedo decir que incluso disfruté un poquito.

Al día siguiente decidimos arriesgarnos e ir a Ciudad Juárez a ver el ambiente de una ciudad fronteriza… Así lo hicimos, un país más para sumar a la lista de países que he visitado.

Toda la gente nos había recomendado no ir a Juárez por lo peligroso que es la ciudad, pero ¿de vez en cuando hay que darle un poco de emoción a la vida no? Y la verdad es que el experimento nos salió bien. No tuvimos ningún problema con nuestra visita y gracias a atravesar la frontera pudimos darnos cuenta de otras realidades que existen más allá de la frontera de USA. La realidad te sorprende desde que pones el pie en la línea que separa USA de México… literalmente.

Según entramos a México nos encontramos con más movimiento, y eso que aún no habíamos pasado la aduana mexicana, ya en el puente lo que abundaba era la gente vendiendo “papitas” con salsa, ofreciéndose para limpiar el coche, pidiendo dinero, vendiendo chucherías... Vamos, el movimiento que se supone que debería de haber en cualquier ciudad.

El contraste se hace más evidente en cuanto atraviesas el puesto fronterizo y ya notas que el estado de las casas deja bastante que desear, cada paso que das se convierte en una nueva persona que se acerca a ti pidiendo dinero, los precios de las tiendas bajan de forma impresionante, las calles están llenas de baches y los coches están en un estado tan ruinoso que en España no podrían andar más de 20 kilómetros sin que la Guardia Civil dejase el coche precintado.

Eso sí, gente por las calles toda la que quieras (y cómo se agradece eso de ver tanto ambiente por la calle) y eso, quieras que no, pues da un ambiente distinto, las tiendas con altavoces en las puertas con la música a toda pastilla parecen decirte, ha llegado a un país latino: Bienvenido!

Estuvimos dando vueltas por Juárez sobre unas cuatro o cinco horas, antes de ponerse el sol (recomendación del policía de la aduana) decidimos poner rumbo a USA después de haber comido unas cuantas cosas típicas mexicanas...

Según pasas la línea que separa México de USA vuelta a lo mismo: guardia en la línea diciéndote que no se pueden sacar fotos en la zona americana y nada de gente de la línea hacia los States, control de revisión del pasaporte (ni Dios entra en EEUU sin mostrar el pasaporte, a no ser que vayas en el maletero de un coche y el guardia de la garita no se le dé por mirar en él).

Agarramos el coche hacia Las Cruces (lo habíamos dejado en USA porque parece ser que tampoco conviene llevarse un coche estadounidense) y a las 6:30pm ya estábamos de ruta hacia la fría Santa Fe.

Otro fin de semana entretenido y en la buena compañía de Adriana y de Juan Carlos... El próximo fin de semana ya tocará hacer las maletas para ir a disfrutar del estado de Colorado y de la ciudad de New York en invierno. Pero eso ya formará parte de otra entrada

Boas noites.