domingo, 23 de octubre de 2011

Boda en Monterrey

El viernes 21 de octubre una prima de Saraí nos invitó a su boda en Monterrey. Decidimos pedir el jueves y el viernes en la escuela y volar a San Antonio para que viniesen a buscarnos y el jueves en la tarde llegar a Sabinas.



El viernes a mediodía nos fuimos en coche a Monterrey para arreglar unos papeles de Saraí y después irnos a la boda. Llegamos a la boda religiosa a las 6 de la tarde y desde allí nos fuimos al salón de bodas a ver la ceremonia civil y después cenar y bailar.

Me sorprendieron bastante las diferencias entre una boda española y una boda mexicana.


La ceremonia religiosa era católica, algo que me sorprendió porque la gran mayoría de los mexicanos que conozco son cristianos no católicos. En esa ceremonia me sorprendí a mí mismo recitando las frases que decía el cura porque, a este lado del Atlántico, también son exactamente las mismas frases que en España.

 Después de la ceremonia unas pocas fotos en la entrada de la iglesia con la nueva pareja y después al salón de bodas a celebrar el civil. Es decir, en el mismo día hacen las dos ceremonias aunque sé que hay veces que las dos ceremonias se hacen en distintos días. En España, hasta donde yo sé, las dos ceremonias son excluyentes y si haces el civil es porque no te vas a casar por la iglesia y si haces la ceremonia religiosa pues ya no tienes que hacer la ceremonia civil porque ya te lo hacen los trámites en la iglesia.


Pero bueno, esa no era la gran diferencia. La gran diferencia estaba en el banquete. Yo entré, me senté y me puse a esperar la comida... pero no. Resulta que al principio entró un grupo musical y empezó a tocar. Estuvo tocando alrededor de una hora y mientras iban diciendo que todo el mundo se pusiese a bailar porque la comida no iba a venir hasta dentro de un buen rato.

Finalmente llegó la comida y el grupo nunca dejó de tocar durante la cena. Eso sí, en vez de música más bailable se pusieron a tocar música más tranquila. De comer pusieron un plato y el postre y ya, no pusieron más comida. Gran diferencia con España, lugar en el que te sientas a comer y después de al menos cuatro o cinco platos distintos te ponen el postre.


Claro, después de la cena hubo más baile y fue cuando empezaron a hacer los juegos típicos de las bodas: lanzar el ramo, lanzar la liga, bailes comunitarios y un juego de correr sin dirección que le llaman "la víbora de la mar" o algo así. Básicamente hacer un poco el gamba para estar entretenido. Los juegos estaban un poco amañados y finalmente Saraí se llevó el ramo y yo me llevé la liga.

A las dos de la mañana se acabó la fiesta y nos fuimos a casa de un compañero a seguir con lo que ellos dan en llamar la "tornaboda", finalmente a las siete de la mañana estábamos durmiendo en casa.


El sábado nos tocó viajar de vuelta a San Antonio, a las cinco de la tarde nos llevaron en coche y llegamos sobre las nueve y media de la noche con el tiempo justo para dormir en un hotel y levantarnos a las cuatro y media de la mañana porque nuestro vuelo salía a las 6am con dirección a Albuquerque.



Llegamos a Santa Fe a las 11 de la mañana con mucho sueño y con todo el día por delante para descansar. Un viaje relámpago a México de tan sólo tres días pero que mereció la pena... De vez en cuando conviene recordar que hay vida después de las dos de la madrugada... Algo que se te olvida cuando vives en los States y a la 1:45am te están echando de todos los sitios.

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