He de reconocer que no esperaba demasiado del día de hoy, la idea de subir y bajar todas esas cuestas a pie me daba hueva, pero una vez que salí del hotel y empecé a caminar hacia el Downtown, vi la tienda Apple y subí hacia Chinatown ya no me quedó otra que seguir caminando a través de Little Italy hasta llegar al Pier #39 en el que había estado en coche el día anterior.
A la vuelta empecé a subir a pie, pero al poco tiempo me di cuenta que para mi salud era mejor que subiese en un tranvía que me llevase hasta el hotel... así lo hice, tuve que pagar $5 por un pequeño trayecto (el billete era para una ruta turística en tranvía) pero los pagué con tanto gusto que ni me dolió que me cobrasen tanto por el pequeño trayecto que iba a recorrer, es más, creo que si el revisor me dijese que eran $10 los habría pagado de la misma buena gana.
A las cinco y media estaba en el hotel para descansar y prepararme mentalmente para las 13 horas de vuelo que me quedaban al día siguiente (5 horas y media para ir de San Francisco a New York y otras 7 horas y media para ir de New York a Madrid)
A las cinco de la mañana pasó el shuttle del hotel a buscarme, mi vuelo salía a las 7:30am y no quería perderlo bajo ninguna circunstancia. Por suerte el vuelo de San Francisco International salió totalmente puntual y llegó al JFK de New York más puntual todavía con lo que las dos horas que tenía para el cambio de avión fuesen más que suficientes. Algo sorprendente: en el JFK tuve que pasar de la Terminal 8 a la Terminal 7 y, oh sorpresa, tuve que salir del aeropuerto para volver a entrar, teniendo que volver a quitarme todo de los bolsillos, los tenis, el cinturón... bueno, todo el rollo ese.
¿No se supone que en un aeropuerto tienen que estar las terminales conectadas interiormente para no tener que pasar por todas estas historias?
En las 13 horas de viaje me dio tiempo a hacer de todo: vi tres películas y dormí otra más (2 en el vuelo de USA y otras dos en el vuelo a través del atlántico), escribí varias entradas del blog, me acabé de leer el libro de “En el Camino”...
Es una paliza bastante grande, pero pisar España tras diez meses estando fuera compensa todo ese tiempo... Por fin estaba en un país en el que “todo” el mundo hablaba el mismo idioma que yo :)
Cosas que me sorprendieron al llegar a España: la gente de los mostradores te decía “Buenos días” en vez de “Good Morning”, las matrículas de los coches eran mucho más estrechas y largas que las que llevaba viendo estos últimos meses, el papel higiénico era ligeramente más estrecho que en USA :O, los carteles de las autovías eran azules en vez de verdes, los kilómetros pasaban a toda ostia por delante de nosotros (no como las millas) y las distancias se medían en millas y el peso en kilogramos... estas unidades sí que son cómodas. ¡Ah sí! y, por fin, pude quitarle el adaptador al enchufe del ordenador para conectarlo a la electricidad :)
Xa só me quedaba disfrutar de Corral durante un par de días e despois poñer rumbo á Miña Terra para comprobar que todo seguía igual de verde que cando eu deixara esta Terriña dez meses atrás.
Agora xa só me queda disfrutar da familia, dos amigos e da comida antes de volver a poñer rumbo a Santa Fe a mediados de xullo... eso si, cos meus pais como acompañantes.
A Coruña, Melide... aquí estou de novo :)
viernes, 11 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
San Francisco en Coche
Empecé el día bordeando la bahía de San Francisco y, tras pasar un curioso puente metálico y el tremendo Bay Bridge, que parte de un lado de la bahía, se apoya en la Treasure Island y después sale directamente hacia el este de Frisco. Ya me encontraba de nuevo en San Francisco, mi primer destino fue ir al hotel que había reservado el día anterior en la calle Market para dejar todas mis cosas y estar totalmente libre para ir a devolver el coche al aeropuerto a las siete de la tarde.
Después de pagar una pasta para poder dejar el coche 10 minutos al lado de la calle Market, el precio de los parquímetros era de, creo recordar, unos $3.5 la hora, agarré el mapa que me habían dado el día anterior en el motel de carretera y puse rumbo hacia mi primer destino dentro de San Francisco.
Pasé por la famosa calle Lombard y pude experimentar lo divertido que es hacer bajar el coche por una calle con una pendiente enorme y a través de un zigzag. Al final de la calle Lombard se veía una torre desde la que se podía ver todo San Francisco así que allí fijé mi siguiente destino: la torre Coit.
Una visita rápida a la parte de arriba y ya estaba planeando mi siguiente punto de visita: el Fisherman’s Wharf.
Así que puse dirección al Pier #39 y estuve viendo esta zona del puerto que está llena de turistas, de puestos de comida en los que puedes comer cangrejo y marisco de todas las formas que te imagines.
Tras callejear cuestas arriba y abajo, acelerar para comprobar la sensación de los resaltos de las cuestas, ver algunos tranvías, pasar por Nob Hill y por Japantown me fui directamente al Golden Gate Park para disfrutar un poco del Jardín Botánico y de lo bonitos que estaban los jardines.
El día estaba tan soleado y con una temperatura tan buena que decidí tirarme en el césped y
escuchar a los pajarillos cantar... Cerré los ojos y, cuando los volví a abrir, ya habían pasado 45 minutos...
Puse rumbo a Twin Peaks y, tras pasar por la carretera que está al lado de la playa, llegué al pico desde el que podías ver toda la ciudad... menos mal que el día estaba despejado y las vistas eran espectaculares... lo cierto es que he tenido mucha suerte con el tiempo en Frisco.
Era hora de ir al aeropuerto a devolver el coche pero aún quedaba un tiempo para dar una vuelta por el Downtown, ver los rascacielos y parar delante de la Transamerica Pyramid, un edificio que marca, en gran parte, el skyline de San Francisco debido a su forma piramidal.
A las siete devolví el coche, agarré el metro hasta la calle Market y me fui a descansar al hotel. Mañana tocaba visita a pie y, por las cuestas que había visto en el día de hoy, mejor sería que fuese un poco descansado :)
Una visita rápida a la parte de arriba y ya estaba planeando mi siguiente punto de visita: el Fisherman’s Wharf.
Así que puse dirección al Pier #39 y estuve viendo esta zona del puerto que está llena de turistas, de puestos de comida en los que puedes comer cangrejo y marisco de todas las formas que te imagines.
Tras callejear cuestas arriba y abajo, acelerar para comprobar la sensación de los resaltos de las cuestas, ver algunos tranvías, pasar por Nob Hill y por Japantown me fui directamente al Golden Gate Park para disfrutar un poco del Jardín Botánico y de lo bonitos que estaban los jardines.
El día estaba tan soleado y con una temperatura tan buena que decidí tirarme en el césped y
escuchar a los pajarillos cantar... Cerré los ojos y, cuando los volví a abrir, ya habían pasado 45 minutos...
Puse rumbo a Twin Peaks y, tras pasar por la carretera que está al lado de la playa, llegué al pico desde el que podías ver toda la ciudad... menos mal que el día estaba despejado y las vistas eran espectaculares... lo cierto es que he tenido mucha suerte con el tiempo en Frisco.
Era hora de ir al aeropuerto a devolver el coche pero aún quedaba un tiempo para dar una vuelta por el Downtown, ver los rascacielos y parar delante de la Transamerica Pyramid, un edificio que marca, en gran parte, el skyline de San Francisco debido a su forma piramidal.
A las siete devolví el coche, agarré el metro hasta la calle Market y me fui a descansar al hotel. Mañana tocaba visita a pie y, por las cuestas que había visto en el día de hoy, mejor sería que fuese un poco descansado :)
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martes, 8 de junio de 2010
De Santa Cruz a San Francisco (pasando por Silicon Valley)
Este día para mí comenzó cerca de las doce y es que el cansancio ya estaba consiguiendo que los madrugones se quedasen en los primeros días.
El paisaje ya comenzaba a ser un poco más plano y ya empezaba a ver las grandes plantaciones que hacen de California el primer productor de productos agrícolas de todo USA: fresas, calabazas, chiles, alcachofas, árboles frutales...
La primera parada que hice fue en el faro de Pigeon: un faro que estaba semiabandonado pero que tenía el encanto que tienen todos los faros. Estuve por allí un rato viendo los huesos de ballena que tenían por allí expuestos y leyendo un poco de la historia del faro y decidí seguir carretera adelante.
Me encontré algún que otro muelle de madera típico de las películas estadounidenses, me crucé con el histórico pueblo de Pescadero (no tengo ni idea de el por qué eso de “histórico”) e hice alguna escapadita de la costa para meterme hacia el interior. Lo cierto es que no había mucho que contar de esta zona... aunque probablemente Pescadero pudiese merecer la pena, pero no llegué a parar.
Antes de llegar a San Francisco decidí apartarme e ir a hacer una visitar por el Silicon Valley. Estuve un rato en Cupertino y en Palo Alto y después de dar una vuelta viendo las casazas y los cochazos que había por allí decidí seguir en mi camino hacia San Francisco.
Crucé San Francisco de sur a norte a través de la Freeway 1 que pasa de ser una autovía a ser una calle más de Frisco. Según vas entrando en la ciudad ya te das cuenta de cómo va a ser la estructura de las casas y la disposición de la ciudad: todo lleno de cuestas, las casas que hemos visto miles de veces en las películas... el San Francisco que esperaba encontrarme estaba abriéndose delante de mí.
No paré en ningún punto de la ciudad de San Francisco hasta llegar al Golden Gate, la visita a la ciudad ya quedaría para los dos siguientes días. Al llegar al puente había un mirador al lado derecho así que aparqué allí el coche y decidí ir a sacar unas fotos del puente, que tuve la suerte que no estaba envuelto en una capa de niebla como parece ser que es lo habitual, y a pasear un poco por encima de semejante obra de ingenieria.
Desde el mirador había una vista espectacular de la San Francisco, de la isla de Alcatraz, de Sausalito (la ciudad de pescadores que está del otro lado del Golden Gate), del Bay Bridge (un impresionante puente de vete a saber tú que longitud tiene) y de la enorme bahía.
Decidí cruzar el puente hacia la zona de Sausalito y buscar un motel para dormir. Eran las cinco de la tarde y ya estaba totalmente agotado, así que me quedé recuperando un poco en el motel hasta que me entraron ganas de cenar y me acerqué a Sausalito para ver un poco el pueblo y sacar unas fotos de San Francisco de noche.
Para el día siguiente había decidido volver a San Francisco tras bordear la bahía y así poder pasar por el Bay Bridge antes de meterme de lleno en la ciudad de las cuestas.
Siempre me ha gustado pasar con el coche por túneles y puentes: ahora ya puedo añadir a mi larga lista de estructuras de este tipo el Golden Bridge y el Bay Bridge :)
El paisaje ya comenzaba a ser un poco más plano y ya empezaba a ver las grandes plantaciones que hacen de California el primer productor de productos agrícolas de todo USA: fresas, calabazas, chiles, alcachofas, árboles frutales...
La primera parada que hice fue en el faro de Pigeon: un faro que estaba semiabandonado pero que tenía el encanto que tienen todos los faros. Estuve por allí un rato viendo los huesos de ballena que tenían por allí expuestos y leyendo un poco de la historia del faro y decidí seguir carretera adelante.
Me encontré algún que otro muelle de madera típico de las películas estadounidenses, me crucé con el histórico pueblo de Pescadero (no tengo ni idea de el por qué eso de “histórico”) e hice alguna escapadita de la costa para meterme hacia el interior. Lo cierto es que no había mucho que contar de esta zona... aunque probablemente Pescadero pudiese merecer la pena, pero no llegué a parar.
Antes de llegar a San Francisco decidí apartarme e ir a hacer una visitar por el Silicon Valley. Estuve un rato en Cupertino y en Palo Alto y después de dar una vuelta viendo las casazas y los cochazos que había por allí decidí seguir en mi camino hacia San Francisco.
Crucé San Francisco de sur a norte a través de la Freeway 1 que pasa de ser una autovía a ser una calle más de Frisco. Según vas entrando en la ciudad ya te das cuenta de cómo va a ser la estructura de las casas y la disposición de la ciudad: todo lleno de cuestas, las casas que hemos visto miles de veces en las películas... el San Francisco que esperaba encontrarme estaba abriéndose delante de mí.
No paré en ningún punto de la ciudad de San Francisco hasta llegar al Golden Gate, la visita a la ciudad ya quedaría para los dos siguientes días. Al llegar al puente había un mirador al lado derecho así que aparqué allí el coche y decidí ir a sacar unas fotos del puente, que tuve la suerte que no estaba envuelto en una capa de niebla como parece ser que es lo habitual, y a pasear un poco por encima de semejante obra de ingenieria.
Desde el mirador había una vista espectacular de la San Francisco, de la isla de Alcatraz, de Sausalito (la ciudad de pescadores que está del otro lado del Golden Gate), del Bay Bridge (un impresionante puente de vete a saber tú que longitud tiene) y de la enorme bahía.
Decidí cruzar el puente hacia la zona de Sausalito y buscar un motel para dormir. Eran las cinco de la tarde y ya estaba totalmente agotado, así que me quedé recuperando un poco en el motel hasta que me entraron ganas de cenar y me acerqué a Sausalito para ver un poco el pueblo y sacar unas fotos de San Francisco de noche.
Para el día siguiente había decidido volver a San Francisco tras bordear la bahía y así poder pasar por el Bay Bridge antes de meterme de lleno en la ciudad de las cuestas.
Siempre me ha gustado pasar con el coche por túneles y puentes: ahora ya puedo añadir a mi larga lista de estructuras de este tipo el Golden Bridge y el Bay Bridge :)
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