jueves, 3 de junio de 2010

Hawai’i me Espera: V Parte

El día empezaba de nuevo y decidí volver a bañarme por la mañana en Waikiki... hay que aprovechar que se está en Honolulu para disfrutar de Waikiki, ¿no?


Oahu tiene algo que me pareció curioso... y es que no puedes dar una vuelta a toda la isla por la carretera de la costa. En la zona noroeste de la isla hay una carretera de sur a norte que llega hasta cierto punto y después tienes que regresar sobre tus pasos... Lo mismo ocurre por la carretera que corre hacia el oeste desde el norte, llega un momento en el que la carretera se acaba...

Esta característica me permitió planear un día para hacer la ruta desde Honolulu hasta la zona noroeste. Un viaje de lo más tranquilo viendo las tremendas montañas que vas dejando a mano derecha mientras a tu mano izquierda ves toda la inmensidad del Océano Pacífico... Una pregunta se me vino a la cabeza mientras hacía esta ruta: ¿a qué miras? ¿al mar o a la montaña? La respuesta pasa por hacer el viaje dos veces: uno para mirar a las impresionantes montañas y el otro para quedarse maravillado con las playas y el agua turquesa.


Llegué al final de la carretera con idea de parar en un par de sitios a mi regreso, al final había un camino de tierra que me invitaba a seguirlo andando pero ya se me había hecho un poco tarde y no quería llegar tarde a mi cita con el baño de la tarde en Waikiki :)

Lo sorprendente de esta zona de la isla es la poca gente que había, no había casi tráfico, una constante en cualquier parte de la isla, y, ciertamente, los paisajes y las playas eran francamente dignas de ver.


Paré a bañarme en una playa que vi de camino y en la que no había más que una docena de personas... ¡Qué delicia! El agua era más turquesa todavía que en Waikiki y, al meterse un poco mar adentro ya te cubría el agua completamente... Estuve así como media hora disfrutando del relax que proporciona dejarte mecer por las olas del mar mientras observas el sol y las montañas de alrededor.



Después me fui directamente al hotel y puse rumbo al agua de la playa de nuevo... por la noche tenía antojo de tacos, así que me fui a un mexicano a comerlos, después agarré el coche de nuevo y fui a ver dónde se encontraba el Pali Lookout, un mirador que decían estaba bastante bien y que quería tener localizado para ir al día siguiente.

Al regresar preparé la ruta del día siguiente y me fui a dormir... el día siguiente sería el último día entero en Oahu.



Boas noites Hawai’i, este rapaz marcha para a cama a durmir e repoñer forzas para o día seguinte...

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