Después de unos cuantos días bastante fríos en los que salía el sol pero en los que las temperaturas dejaban bastante que desear, en los que soplaba un fuerte viento y todo el polvo del desierto se esparcía por la ciudad. Parece que por fin, es hora de disfrutar del jardín y del sol que se cuela por las ramas sin hojas de los árboles.
En una cosa noté que la primavera había llegado y fue que, de repente, me entraron ganas de limpiar las hojas que durante todo el invierno habían estado debajo de la capa de nieve que había cubierto el jardín.
Limpiar todas las hojas del jardín lleva bastante trabajo pero hacerlo mientras el sol te pega en la espalda y te calienta el cuerpo hace que ese trabajo sea más llevadero.
Aún me quedan algunas hojas que limpiar, pero lo cierto es que el jardín ya vuelve a tener la alegría que me encontré cuando llegué a primeros de agosto.
En esta época disfruto mucho más de mi jardín porque aparecen todo tipo de animalitos a hacerme compañía, empezando por los gatos que de vez en cuando se dan una vuelta por aquí, con los gorriones que viene a comer del comedero para pájaros, de las palomas torcaces que siempre están observando desde el árbol a ver qué pasa, del incansable pájaro carpintero que se dedica a picar uno de los árboles de mi jardín, de los petirrojos que me miran con cara de curiosidad y de otros pájaros de pecho anarajando que observan todo lo que ocurre alrededor con la típica curiosidad/miedo que caracteriza, en general, a todos los pájaros.
Por no hablar de las florecillas silvestres que ahora empiezan a nacer por cualquier lado o las siestas que me hecho en el suelo del jardín mientras el sol me calienta como si fuese un lagarto.
No es que quiera hacer de menos al invierno: ha dejado estampas muy bonitas en mi casa, en Santa Fe y en mi retina... pero lo cierto es que ya va siendo hora de que entre en escena otra estación.
Espero que el calor no se empiece a echar encima nuestra muy pronto y acabemos deseando volver al frío del invierno...
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lunes, 12 de abril de 2010
viernes, 21 de agosto de 2009
O Relax do Fogar
Quando arrivò alla casa... Me espera la tranquilidad del jardín, el relajante trabajo de regar las
plantas con la manguera, la rojiza puesta de sol (aunque sólo pueda verla a través de los árboles),
el canto de los grillos y de los pájaros (hay uno que aún no tengo identificado), la alegría de ver que el comedero de pájaros está cada vez más vacío, la oscuridad más absoluta (rota únicamente por las tenues luces con placas solares de mi jardín), la infinita tranquilidad que emana la noche de Santa Fe mientras descanso en mi banco de cemento recubierto al estilo del adobe... Además, el calor de los últimos días por la noche ha dejado paso a un aire fresco que te hace dormir con la mantita por encima...
Lo único que echo de menos es no tener toda la tarde libre para dedicarme a cortar las malas hierbas que aún adornan mi jardín y recortar los arbustos para dejarlos lo más lucidos posible... bueno, tampoco se puede tener todo, ¿no?
Pero no os vayáis a pensar, no todo es tranquilidad... el día a día en el instituto se convierte en un largo peregrinar de horas en las cuales estar con los alumnos... pero bueno, de esto mejor ya hablaré en otra entrada
Boas noites Melide
Boas noites Corral de Almaguer
Boas noites Coruña
Boas noites Galicia
Boas noites Castilla-La Mancha
Boas noites España
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lunes, 10 de agosto de 2009
Fin de Semana de Organización y Visitas
Por fin es sábado, los trámites burocráticos quedan a un lado y me dedico a seguir montando la casa a mi gusto.
El sábado comienza con la ardua tarea de ordenar la habitación, colocar mi ropa en el armario, escoger la ropa para la lavandería y algo de limpieza... así se va pasando la mañana.
Después de comer cogemos toda la ropa que tenemos que lavar y nos vamos a una lavandería, la típica lavandería americana, para aprender una nueva tarea. Con toda la ropa que teníamos que lavar (toallas, mantas y sábanas incluidas) tuvimos que poner tres lavadoras, simultáneas por supuesto. Tras media hora ya estaba la ropa lavada, metimos la ropa en la secadora durante unos tres cuartos de hora y... voilà la ropa ya está limpia.
Como Carmen había alquilado para ir a Taos el día anterior y aún lo tenía pues decidimos que un buen sitio para pasar el resto de día era la montaña (asesorados por Rosario que estaba con nosotros), pues allá que nos vamos. La idea fue muy buena, hacía frío eso sí, porque estábamos a unos 10.000 pies de altura y ya se estaba poniendo el sol pero... los infinitos árboles, el olor a naturaleza, la puesta de sol, el contacto con la naturaleza, el contraste del relieve de la montaña con la planicie de Santa Fe, el contraste de color verde de los árboles con la zona más árida en la que está enclavada Santa Fe y sus alrededores... compensaba todo el frío que podíamos tener. Y esto sólo parando en los miradores del camino, en cuanto nos pongamos a hacer senderismo pues será más impresionante todavía...
Bajamos a casa, hacemos la cena y después vamos a llevar a Rosario hasta su coche que lo había dejado en el Walmart y... ¡flipadlo de nuevo! resulta que yo me había quedado sorprendido con que el Albertson’s cerraba a las 12 de la noche, pues el Walmart ¡NO CIERRA NUNCA! 24 horas sobre 24, para mear y no echar gota. Bueno, pues ya que se ofrece esa posibilidad entramos y me compro algo que ya tenía en mente desde hacía unos cuantos días: una BARBACOA. Recogemos los bártulos, nos vamos para casa y a dormir.
El domingo transcurre tranquilito. Limpio la habitación, nos vamos a devolver el coche de alquiler de Carmen, vemos algunos coches por el camino que se venden y nos dedicamos a coger algún que otro teléfono, vamos a comer comida Nuevo Mexicana (muy importante, no le digáis a un Nuevo Mexicano que son Mexicanos porque se mosquean) a un “Blue Corn” con Rosario y de vuelta a casa voy a comprar unos guantes para el jardín, unas tijeras de podar y una escobón para barrer el patio más cómodamente.
Ya en casa me dedico a arreglar un poco el jardín y poco a poco va llegando la hora de dormir...
Mañana es el primer día oficial en que empiezo a trabajar en los States... Veremos cómo se me da... espero que bien.
Pero claro, esto ya será mañana...
El sábado comienza con la ardua tarea de ordenar la habitación, colocar mi ropa en el armario, escoger la ropa para la lavandería y algo de limpieza... así se va pasando la mañana.
Después de comer cogemos toda la ropa que tenemos que lavar y nos vamos a una lavandería, la típica lavandería americana, para aprender una nueva tarea. Con toda la ropa que teníamos que lavar (toallas, mantas y sábanas incluidas) tuvimos que poner tres lavadoras, simultáneas por supuesto. Tras media hora ya estaba la ropa lavada, metimos la ropa en la secadora durante unos tres cuartos de hora y... voilà la ropa ya está limpia.
Como Carmen había alquilado para ir a Taos el día anterior y aún lo tenía pues decidimos que un buen sitio para pasar el resto de día era la montaña (asesorados por Rosario que estaba con nosotros), pues allá que nos vamos. La idea fue muy buena, hacía frío eso sí, porque estábamos a unos 10.000 pies de altura y ya se estaba poniendo el sol pero... los infinitos árboles, el olor a naturaleza, la puesta de sol, el contacto con la naturaleza, el contraste del relieve de la montaña con la planicie de Santa Fe, el contraste de color verde de los árboles con la zona más árida en la que está enclavada Santa Fe y sus alrededores... compensaba todo el frío que podíamos tener. Y esto sólo parando en los miradores del camino, en cuanto nos pongamos a hacer senderismo pues será más impresionante todavía...
Bajamos a casa, hacemos la cena y después vamos a llevar a Rosario hasta su coche que lo había dejado en el Walmart y... ¡flipadlo de nuevo! resulta que yo me había quedado sorprendido con que el Albertson’s cerraba a las 12 de la noche, pues el Walmart ¡NO CIERRA NUNCA! 24 horas sobre 24, para mear y no echar gota. Bueno, pues ya que se ofrece esa posibilidad entramos y me compro algo que ya tenía en mente desde hacía unos cuantos días: una BARBACOA. Recogemos los bártulos, nos vamos para casa y a dormir.
El domingo transcurre tranquilito. Limpio la habitación, nos vamos a devolver el coche de alquiler de Carmen, vemos algunos coches por el camino que se venden y nos dedicamos a coger algún que otro teléfono, vamos a comer comida Nuevo Mexicana (muy importante, no le digáis a un Nuevo Mexicano que son Mexicanos porque se mosquean) a un “Blue Corn” con Rosario y de vuelta a casa voy a comprar unos guantes para el jardín, unas tijeras de podar y una escobón para barrer el patio más cómodamente.
Ya en casa me dedico a arreglar un poco el jardín y poco a poco va llegando la hora de dormir...
Mañana es el primer día oficial en que empiezo a trabajar en los States... Veremos cómo se me da... espero que bien.
Pero claro, esto ya será mañana...
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