El martes el día tampoco estuvo demasiado
bueno y por eso decidimos subir a visita el Diamond Head Crater Volcano. Un
sitio en el que siempre tienes que esperar para aparcar el coche porque el aparcamiento es demasiado pequeño para toda la gente que va a visitar el
volcán.
Lo cierto es que la subida es bastante
cansada pero la vista de Waikiki y de Honolulu, una vez que llegas arriba,
merece la pena. Claro está, el tema está en que si la subida es cansada, cuando
bajas, aún estás más cansado todavía y en la bajada puedes sentir cómo las
piernas empiezan a temblarte a cada paso que das. Eso sí, ahora sí conseguí la
foto con el cartel del Diamond Head Volcano.
Después de la visita nos volvimos al hotel y
nos fuimos a comer a un restaurante japonés (lo que sobran son restaurantes
japoneses y chinos en Hawai’i) que estaba en el complejo hotelero y después de
comer nos fuimos a una de las piscinas a bañarnos y a descansar un poco. Ese
día no tuvimos demasiado éxito en la piscina: había mucha gente y, al poco de
echar la toalla en una tumbona, empezó a llover así que nos decidimos ir al bar
a tomarnos unas cervezas y unos Mai-Tai’s.
Se acababa el día y ya teníamos que empezar
con los planes del día siguiente. Una cosa teníamos clara, el resto de los días
serían para disfrutar de la playa o de la piscina en la mañana e ir a visitar
algo por la tarde.
El miércoles ya tuvimos mucho mejor tiempo y,
antes de que se pudiera estropear, decidimos ir a la playa para nadar,
descansar y tomar el sol. Finalmente el día no se estropeó así que disfrutamos
del relax de la playa.
En
la tarde ya nos fuimos a dar una vuelta en coche para visitar el Pali Lookout:
un mirador desde donde puedes ver el pueblo de Kaneohe y el impresionante
paisaje de mar y montañas que lo rodea. Cuando bajamos del mirador aún quedaban
un par de horas de luz así que nos fuimos a ver, en coche, la parte sureste de
la isla: zona de rocas y el mar agitado… distinto a lo que se puede ver en
Waikiki y a través de las montañas.
Ya
de vuelta en el hotel sólo nos quedaba bajar a dar una vuelta y ver lo bonito
que tienen todo el complejo en las noches con las antorchas por todas partes.
Al
día siguiente volvió a salir el sol y decidimos volver a la playa durante toda
la mañana, ir a comer a un restaurante chino en el hotel, seguir tomando el sol
en una de las piscinas mientras nos tomábamos unas cervezas, no se puede tomar
alcohol en la playa así que si quieres beber tienes que irte a una piscina o
quedarte en uno de los bares que están al lado de la playa pero en los que no
te puedes tumbar a tomar el sol. Así tuvimos otro día de relax hasta que
decidimos salir en coche.
Saraí quería ir a comprar algunas cosas así que la
dejé en un mall que hay de camino al Downtown de Honolulu y mientras ella
compraba yo me fui a visitar una parte en la que no había estado en mi anterior
visita. Así que me fui a visitar el Downtown y algo que ni siquiera me había
planteado ver: el Capitolio de Hawai’i. Me sorprendió bastante porque la
estructura no tenía nada que ver con ningún Capitolio de los que había visitado
anteriormente en USA. Y es que todo los Capitolios tienen una estructura
bastante similar a excepción del de New Mexico y el de Hawai’i. En este último
el edificio es un edificio en forma de cubo vacío por el centro y que está
rodeado de columnas…
Algo diferente que no había visto en mi anterior visita a
la isla. Volví a recoger a Saraí y nos fuimos al hotel para dar una pequeña
vuelta y prepararse para el día siguiente.
Estáis muy guapos, os sienta bien Hawai.
ResponderEliminarBuena suerte en vuestra nueva vida ¡¡
A poca gente le puede sentar mal aquellas islas...
ResponderEliminarGracias por los buenos deseos.
¡Qué hermoso es Hawai! Mi pareja y yo vamos a ir de escapada romántica a Hawai. ¡Qué envidia!
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