Nos levantamos un poco tarde por la trasnochada del día anterior y a las doce y media ya estábamos en la playa del hotel disfrutando del sol y del agua. Al mediodía, sin salir del hotel, encargamos algo para comer en la misma piscina. Sólo teníamos un día para disfrutar de la playa y fue preferible no salir de la playa hasta que la tarde empezase a caer.
Después de la comida, Daniela quiso ir a dar una vuelta en moto de agua y como no era buena idea que fuese sola me ofrecí voluntario para acompañarla. Nunca había montado en moto de agua y Cancún parecía un buen lugar para montar por primera vez. La moto era parecida a la moto de nieve en la que me había subido en Yellowstone hace ya un año y medio, disfruté la velocidad sobre el agua y en la media hora que teníamos aprovechamos para ir de un lado a otro de la playa como si no tuviésemos otra cosa que hacer más que romper las olas y girar en redondo :P
Después de la moto más playa, más piscina y alguna que otra cervecita. Después de estar en USA y no poder tomar nada en la vía pública, tomar una cerveza en la playa de Cancún se aprecia de otra forma...
A la hora de cenar nos fuimos Saraí y yo a buscar un restaurante para celebrar la Nochebuena. Después de cenar dimos un pequeño paseo por la zona de marcha y nos regresamos pronto para el hotel. Al día siguiente nos tocaba ir a Xcaret y, por lo que decían, el paseo iba a ser bastante largo y cansado.
Al día siguiente nos levantamos bien temprano, nos iban a venir a recoger al hotel en autobús y llevarnos a XCaret. A las 7 de la mañana estábamos esperando, vinieron a por nosotros en un autobús y nos llevaron a una terminal donde estaban todos los autobuses que iban a los diferentes parques de atracciones de la zona de Cancún. En total nos tardamos como unas dos horas en llegar a Xcaret.
Antes de entrar al parque el guía del autobús nos estuvo dando indicaciones de lo que se podía hacer en Xcaret y en qué orden debíamos hacerlo y que en la entrada nos darían unos sobres de crema solar ecológica a cambio de nuestra crema solar si es que no era ecológica. Por supuesto nuestra crema no era ecológica, es más, ni siquiera había oído que hubiese crema ecológica. El caso es que nos explicaron el por qué de esta política y es que las cremas no ecológicas son bastante agresivas con el medio ambiente y como quieren preservar el parque pues no permiten entrar con cremas no ecológicas. Parece lógico y parece una buena medida, sobre todo teniendo en cuenta que hay un río subterráneo en el que entran muchas personas.
Nada más mirar el mapa de Xcaret uno se da cuenta que efectivamente el paseo va a ser muy largo y que el tiempo que te dejan en el parque, de 9 de la mañana a 8 de la noche, va a ser necesario si quieres ver muchas cosas.
Empezamos el paseo entrando en el río subterráneo que te lleva, durante una media hora hasta la otra punto del parque. Te dan el equipo para ir haciendo snorkel y durante todo el recorrido vas por un río subterráneo, el agua tiene una temperatura agradable aunque cuando llegas al final del trayecto ya agradeces salir a que te de un poco el sol. De lo más sorprendente del paseo a nado, mirar con las gafas de buceo y comprobar que por el fondo del río había pececillos de colores.
Al final del río está el mar y al lado del mar hay pozas naturales de roca y playas bien bonitas en las que descansar y nadar un rato. Antes de empezar el resto de la visita estuvimos un buen rato disfrutando de las pozas. A lo largo del paseo vimos iguanas por todas partes, tortugas, rayas, tiburones, mariposas, monos, leopardos, pumas, guacamayos, pelícanos, flamencos, loros, cotorros y muchas flores que me recordaron a las que había visto en Hawai'i. A parte de animales también había reproducciones de pueblos indígenas, pirámides, cementerios, así como personas vestidas al estilo de guerreros mayas.
Finalmente, a las cinco de la tarde nos dirigimos hacia el espectáculo de la noche. Empezaba como a las seis y media pero nos habían dicho que fuésemos un poco antes para sentarnos en buenos sitios. Lo cierto es que no hizo falta que nos dijeran que estuviésemos antes porque después de la paliza que nos dimos a caminar, a esa hora lo único que queríamos era sentarnos a descansar y que llegase el show.
El espectáculo es muy bueno, en él cuentan la historia de México desde los mayas, pasando por la conquista española allá por el siglo XVI y los bailes regionales de varios de los estados de México. A destacar el juego de la pelota maya y otro juego como hockey sobre hierba extremo que jugaban con una pelota de fuego.
Tanto el parque como el show de la noche merecen todo el dinero que pagas en la entrada al parque. Una visita más que recomendable, por lo menos para ir una vez. Es probable que cuando vuelva a Cancún, que volveré, no decida volver al parque porque es demasiado caro y en Cancún hay otras muchas cosas de las que se puede disfrutar, como la playa sin más, pero sin duda no me arrepiento de haber pasado el día en Xcaret. Lo dicho, recomendable para ir si no lo conocéis.
De vuelta al hotel ya sólo quedaba ir a cenar un poco y descansar porque al día siguiente, lunes 26 de diciembre, se acababa la aventura por Cancún y había que ir al aeropuerto a esperar al avión que nos sacaría del paraíso. Volveré :)
Ya en Monterrey aprovechamos el resto del día para descansar y agarrar fuerzas para la siguiente visita y es que aún nos quedaba por ir a visitar Aramberri, Nuevo León. Pues eso, teníamos unas 20 horas para descansar antes de salir en coche y, prácticamente, todo ese tiempo nos lo pasamos durmiendo...
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