domingo, 25 de julio de 2010

Crescent City - Sacramento (Día 6)

El día de hoy prometía ser uno de esos días inolvidables, y realmente lo fue.

La primera actividad del día consistía en ir a ver el Redwood National Park, a pocas millas al sur de Crescent City. De camino paramos en alguna playa para seguir viendo los cientos de troncos que hay a lo largo de las playas.


Tras algo menos de una hora de camino llegamos al Redwood Nat’l Park y en la entrada ya empezamos a quedarnos maravillados con la majestuosidad de los árboles que había por allí. Qué cantidad de árboles, qué grandes todos, qué colores... lo cierto es que todo lo que pueda decir de este parque se va a quedar corto así que dejaré que veáis algunas de las fotos que sacamos.


Tras la visita al parque tocaba seguir con nuestra ruta por California, así que seguimos un poco más por la costa y al llegar al pueblo de McKinleyville, bonito pueblo por cierto, tomamos la 299 en dirección al centro de California.


La 299 es otra carretera en medio de la naturaleza que deja en la retina mucho color verde y algún que otro lago en el que merece la pena para tomar un poco de fuerza antes de seguir conduciendo. Finalmente llegamos a Redding, que está en la I-5 y desde allí nos fuimos directamente a la capital de California, Sacramento.
Llegamos a Sacramento sobre las siete de la tarde y estuvimos un rato buscando un motel en las afueras de la ciudad pero no encontramos ninguno así que nos fuimos al centro y decidimos dormir en un Vagabond Inn que estaba cerca de la I-5 (un buen motel con desayuno y no muy caro)


Nada más ver a lo lejos Sacramento da la sensación de ser una bonita ciudad. Y efectivamente lo es. Es la típica ciudad totalmente moderna hecha a base de calles paralelas y perpendiculares que tiene diseminados un montón de edificios altos de distintos diseños. A mí, personalmente, me encantó esta ciudad. A parte de lo bonito de la ciudad se le añadió el encanto de que era domingo a la tarde y las calles estaban totalmente desiertas y no había absolutamente nada de tráfico. Me quedo en la memoria con la imagen del Capitolio y con la de algunos edificios con cristales que hacían de la ciudad un sitio bien curioso de visitar.


Finalmente la noche cayó, nos fuimos a cenar a la habitación del motel y a recuperar fuerzas para el viaje del día siguiente... Yosemite nos esperaba.

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