El viernes me levanté temprano. No tenía que ir a dar clase porque me había pedido el día libre, a las 12:15pm salía mi vuelo de Santa Fe a Miami haciendo escala en el aeropuerto de Dallas-Fort Worth. Ese era el plan inicial.
Mientras me estaba duchando para prepararme para ir al aeropuerto recibí una llamada de teléfono, me dejaron un buzón de voz. Me habían cancelado el vuelo, el motivo: fuertes tormentas en Dallas habían evitado que el avión que tenía que estar en Santa Fe no pudiese salir... Empezábamos mal el viaje, la opción que me dieron fue salir al día siguiente a las 8:15am, después de comprobar con la compañía que no había forma de llegar el propio viernes a Miami no me quedó otra que aceptar la realidad y que me tenía que quedar un día más en Santa Fe y perder un día en Miami. Menos mal que por lo menos tenía cosas que tenía que hacer y que ese día libre que me había llegado por sorpresa en Santa Fe podía ser aprovechado así que me puse a hacer la colada y a lavar el coche (aún estaba sucio desde la acampada con los alumnos).
El sábado me tocó madrugar de verdad: me levanté a las 6 de la mañana para poder estar “on-time” en el aeropuerto. Ese día el avión sí salió puntual. La aventura estaba a punto de comenzar...
El avión de Santa Fe salió puntual, eso es una de las cosas positivas de no compartir la pista del aeropuerto con nadie más... en Santa Fe hay cuatro vuelos, y entre vuelo y vuelo hay entre tres o cuatro horas, y llegó puntual a Dallas - Fort Worth. El avión de Dallas salió con algo de retraso y al final llegamos a Miami a las 4:30pm en vez de a las 4:00pm.
Cuando salí del aeropuerto me vino toda la humedad a la cara... qué sensación de agobio, y eso que estaba nublado y el sol no apretaba... El caso es que ya estaba Lola esperándome en la salida del aeropuerto y fuimos directamente a su casa a través de alguno de los infinitos puentes de la ciudad.
Nada más ver el downtown de Miami empezaron a venirme a la cabeza todas esas series que se ruedan en Miami (CSI Miami, Dexter, Miami Vice...) y que hicieron que tuviese la sensación de que ese sitio ya lo conocía...
Parada rápida en el apartamento de Lola, que vive en Downtown al lado del puerto, y ya comenzamos nuestra visita. La primera sorpresa me la llevé cuando, al ir paseando por el puerto, vi un árbol con las raíces por fuera (un manglar) y acto seguido me pusieron un aligator pequeño en las manos... ¡wow!
La primera sorpresa me la tenía preparada Lola en forma de viaje en barco... Como auténticos turistas nos montamos en un barco que nos llevó de visita a ver todas las mansiones de Star Island (qué pedazo de mansiones, por cierto, había algún solar libre para construir, ¿alguien se anima a comprar?) donde vivía, o había vivido, gente como Celia Cruz, Tito Puentes, Tyra Banks, el de cocodrilo Dundee, el que inventó la viagra, Alejandro Sanz, Antonio Banderas... y lo más sorprendente de todo: vimos como los delfines venían a nadar al lado del barco... en medio de una ciudad tan grande y con tanto ruido como Miami, los delfines andan por el medio de la intracosta como si tal cosa.
Una vez que llegamos a casa, ya se había empezado a hacer de noche, me di cuenta de una cosa: el idioma más utilizado es el español... de vez en cuando aparecía alguien hablando inglés, pero la mayoría del tiempo escuchas hablar escuchar español... y yo que creía que en Santa Fe se hablaba un chingo de español... :)
Cenamos en casa de Lola, como Lola es española y yo también, ¿adivináis que cenamos? Efectivamente, tortilla de patata y es cuando estás en el extranjero parece como que es obligatorio hacer una tortilla el primer día que un español te viene a casa... Por cierto, la tortilla estaba buenísima.
La noche había acabado de empezar... y vaya con lo sorprendente del resto de la noche. Nos fuimos a Miami Beach a ver los edificios art decó iluminados que tan típicos son de Miami, fuimos andando hasta South Beach, entramos en el hotel Belano y estuvimos viendo los “monumentos” que hay en el Mangos (una discoteca bastante conocida dentro de lo ya conocido que es Miami).
Entramos en el hotel Belano... ¡qué lujos! Había visto cosas de esas en las películas pero en mi vida había estado en hotel así: piscina iluminada con sillas dentro del agua y camas todo alrededor de la piscina, bungalows privados con unas cortinas exteriores que quitaban el hipo, sillones para tomar copas que en mi vida podré aspirar a comprarlos para mi casa y todo esto aderezado con gente con cuerpos impresionantes por todos lados (camareros, camareras, clientes, clientas...)
Por Miami Beach estuvimos paseando y comprobando cómo había gente que a las once y pico de la noche seguían saliendo del mar sin tener cara de frío ni nada de eso... y es que la temperatura y la humedad hacían que la noche fuese de lo más caliente que recuerdo en mucho tiempo (en Santa Fe las temperaturas nocturnas suelen estar cercanas a los cinco o seis grados centígrados).
Andando por Miami Beach llegamos a South Beach, no sin antes pasar algunos maniquíes con unas tetas de impresión... y es que claro, si todas las mujeres tienen unos pechos enormes gracias a la silicona, la moda, indudablemente, tiene que estar orientada hacia ese sector... Joder, si es que hasta los maniquíes están buenos jajaja
En South Beach nos fuimos al Mangos (un nombre que se me quedará grabado en la memoria durante muchos años): $10 dólares sólo por entrar, pero qué dinero más bien gastado... Nada más entrar ya empiezas a ver todo el material que hay por allí y es que 9 de cada diez personas están de un bueno que se rompen... y ya no hablemos de las camareras y los camareros que están continuamente en la barra bailando y enseñando sus cuerpos a medio vestir... Ahí sí que era una enfermedad mirar para cualquier lado... tías buenas por un lado, tíos buenos por el otro y de vez en cuando se cruzaba alguna (o alguno) que te hacía perder el hilo de la conversación que estabas intentando mantener... ¡WOW! En mi vida había perdido el hilo tantas veces jajaja
Y lo más sorprendente de todo: nos dio la 1:30 de la noche y... NADIE DIJO “LAST CALL”!!!!
El día se había acabado, sólo quedaba ir a dormir para al día siguiente levantarse temprano a seguir disfrutando de la visita a Miami.
sábado, 15 de mayo de 2010
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Gallego!!!!!!
ResponderEliminarQué impresión, no?: mar, delfines, sitios chulos y gente escultural por todas partes, yo no sé cómo reaccionaria, si se me caería la baba, si me daría la depre porque todo el mundo está bueno menos yo ;)
Jeje, pero nada, nada, lo que se lleva la vista va de gratis... aunque el maniquí... no sé si te diste cuenta... NO TE MIRA!!!.
Jajaja
Un abrazo!!!!