martes, 28 de diciembre de 2010

Visitando los Alrededores de Guanajuato

Al día siguiente nos esperaba una ruta en coche por algunos de los pueblos de la Ruta de la Independencia.



El primer destino fue Dolores Higalgo, ciudad en la que comenzó con sus ideas revolucionarias el Padre Hidalgo. Allí empezamos por ver la tumba de Jose Alfredo, un cantante mexicano (no me acuerdo del nombre) y después nos fuimos hasta la plaza del pueblo, la iglesia y la casa del Padre Hidalgo.



Como curiosidad diré que era el día en el que se bendecían las camionetas y estaba la plaza llena de coches americanos de los grandotes :) Ya se sabe que los coches, no sé con qué finalidad, deben de estar bendecidos por la mano de un cura porque sino se supone que tienes más probabilidades de tener un accidente :P


De Dolores Hidalgo a Atotonilco y una de las iglesias más curiosas de las que he visto en México, y digo curiosa por la historia que tienen los infinitos frescos. Frescos que narran la historia de Jesucristo y que fueron pintados por un pintor que no sabía leer y que pintó los frescos por las historias que le iba contando el cura de la parroquia. Lo más curioso de todo es que en los frescos los soldados aparecen vestido de la misma forma que los conquistadores españoles y hay muchas referencias al mundo en el que le tocó vivir al pintor, es decir, la época de dominio español en México.



Eso sí, el pueblo de Atotonilco, a parte de ser pequeño y de tener una iglesia enorme estaba totalmente en obras y no veías ni una pizca de asfalto en ningún lado.


De Atotonilco nos tocó ir, por fin, a San Miguel Allende a disfrutar del lujo de la riqueza de la sociedad americana en un pueblo mexicano. Y es que SMA está lleno de americanos con mucho dinero lo que lo convierte en un lugar bien caro para vivir y para hacer compras.


De SMA estuvimos viendo la catedral, la plaza y estuvimos en un mirador desde el que se ve toda la ciudad. Un lugar bien bonito, sobre todo, si observamos con detenimiento los infinitos colores de las casas.


La cosa más curiosa que me pasó en SMA fue encontrarme con unos alumnos de TECHS del año anterior. Mira que México es bien grande y me fui a encontrar con tres de mis alumnos dentro de la catedral de San Miguel. Como se ha dicho miles de veces: "el mundo es un pañuelo"


De allí regreso a Guanajuato, paseo de nuevo por el centro del pueblo, cena en un restaurante en el que estaban tocando el piano y el violín y regreso al hotel para dormir y prepararse para salir a la mañana siguiente hacia nuestro siguiente destino: Puebla.



lunes, 27 de diciembre de 2010

Conociendo Lugares e Historia de Guanajuato

A la mañana siguiente nos fuimos a conocer Guanajuato, una ciudad que, como ya dije, es imposible de recorrer con tu propio coche por los laberintos de callejones, calles sin salidas y por lo túneles que atraviesan por debajo de la ciudad y que no tienen prácticamente ninguna indicación fiable.


Lo que hicimos fue contratar un tour que nos llevase a los lugares más importantes de la ciudad. Así lo hicimos y la primera parada fue en la Hacienda del Cochero.



Una antigua hacienda que pertenecía a un noble español en la que se descargaban, para su clasificación, los minerales que se extraían de las infinitas minas de la zona. La idea inicial era esa pero nos dijeron que después de que el noble español se regresase a España y dejase a cargo a un franciscano, la hacienda se convirtió en un lugar en el que torturaban, por orden del franciscano, a todo cristiano o hereje que tuviese dinero. Es decir, básicamente la visita se convirtió en una visita a una casa de tortura, con su garrote vil, su dama de hierro... Ah, se me olvidaba, los muros de la hacienda eran tremendamente gruesos, lo que le venía de perlas al padre franciscanos para torturar a la gente sin que se oyesen los lamentos en el exterior.



Después de ahí nos llevaron a una de las iglesias de Guanajuato: La Iglesia de la Valenciana. Una iglesia bien recargada que fue construida por el dueño de La Mina de la Valenciana, una de las minas más importantes de la ciudad, y que, como muchas de las iglesias construidas en México, tiene el pórtico pintado en oro. Una de las cosas que me pareció curiosa es que tiene la estructura y el diseño para albergar dos campanarios, pero por no llegar a la categoría de basílica no les dejaron finalizar más que una. Un detalle que pude observar en otras iglesias de México.



De allí a la Mina de la Valenciana no hay demasiada distancia, lo malo de esta mina es que está cerrada al público y sólo nos pudimos bajar a sacarnos una foto en la puerta. En su vez nos llevaron a otra mina que no estaba lejos de allí, bajamos unos cuantos metros para ver la mina por dentro, nos dieron una explicación de la historia del lugar y ya nos fuimos a nuestro siguiente destino.


El siguiente destino resultó ser uno de los miradores de Guanajuato, una vista impresionante a los pies de la estatua del Pipila que deja ver toda la ciudad y los diferentes colores de las casas. Las vistas desde los miradores siempre son muy chulas porque te permiten hacerte una idea de la estructura de la ciudad y la vista desde este mirador no es para menos.

Después de estar un rato disfrutando de la vista, y del buen tiempo, nos llevaron a la última parte del tour: El Museo de las Momias de Guanajuato. En vez de llevarnos a comprar las entradas por la puerta principal, donde había una cola tremenda, nos llevaron a comprar las entradas al cementerio que está en la parte trasera del museo y, lo mejor de todo, entramos al museo utilizando una cripta que había en el cementerio :) Algo curioso y que nos ahorró mucho tiempo de espera.



Ya dentro del museo pudimos ver lo que dan en llamar momias pero que, como nos explicaron, no son realmente momias porque no se lleva a cabo ningún proceso con ellas antes del enterramiento. Lo cierto es que aún no están muy claras las causas de esta "momificación" de los cuerpos, que realmente parece ser que es una deshidratación, lo único que se sabe es que, de vez en cuando, aparecen en el cementerio municipal personas en perfecto estado de conservación. Y la aparición de las momias es debido a que las personas enterradas en el cementerio municipal sólo pueden estar enterradas un número determinado de años y al final de ese tiempo se sacan los cuerpos. De la gran mayoría sólo sacan los huesos y las cenizas, pero hay algunos que aparecen momificados. Por cierto, se dice que este proceso puede ser debido al agua de la zona y a los minerales que puede contener, no olvidemos que estamos en una zona minera.


En cuanto a las momias que se pueden ver en el interior, y a las cuales no se les puede sacar fotos (las fotos que hay más arriba no son del museo), se pueden ver personas ahogadas, muertos por apuñalamiento, por muerte natural, niños, bebés, no natos... Una colección de la cual sorprende, o a mí me sorprendió, que los cuerpos, aún estando vestidos con las ropas con del enterramiento, sin haberles sacado ninguna víscera y a pesar de estar dispuestos en cámaras no selladas, no den ningún tipo de mal olor... Como siempre digo, un museo de esos obligatorios de visitar en caso de pasar por Guanajuato.


Después de la visita guiada nos quedaba visitar a pie un poco del centro de Guanajuato (el mercado, las iglesias del centro, la universidad...) y, en la noche, visitar de la famosas Callejoneadas de Guanajuato.

Las Callejoneadas son unas visitas a diversos callejones de la ciudad siguiendo a unos tunos que van amenizando el paseo con música de todo tipo. La Tuna se va parando en varios puntos y van dando alguna que otra explicación... Lo único malo de todo esto: que en Navidades hay muchísima gente.


El final del recorrido: el Callejón del Beso, precedido de una bonita historia que nos contó un niño vestido de jorobado :)

Después de la Callejoneada, vuelta al hotel y a descansar, al día siguiente nos tocaba visita a los alrededores de Guanajuato.


Resumen del día: Ya conozco algo más de una bonita ciudad mexicana que rezuma historia española por todas partes. Una historia que se puede resumir en lo siguiente: los españoles llegaron, vieron que la zona era rica en minerales útiles para la Corona, explotaron el lugar y a los habitantes del lugar para obtener el máximo rendimiento posible, llegó un día en que los mexicanos se cansaron de tanta explotación y de no recibir las riquezas de su tierra y decidieron levantarse para lograr la independencia de España, en parte lograron expulsar y asesinar a muchos nobles españolesgracias a personas como el Pipila, el padre Hidalgo y otros aunque estos, como siempre ocurre, fueron traicionados por sus propios camaradas y fueron decapitados y expuestos en la Plaza de la Alhóniga de Guanajuato (entre otros sitios en los que también fueron expuestos), lugar en el que previamente habían aniquilado a los gobernantes españoles de Guanajuato.



Una ruta llena de historia relacionada con España.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Monterrey - Sabinas Hidalgo - Guanajuato

Después de pasar la noche en Monterrey salimos en la tarde, hacia Sabinas Hidalgo, Saraí, Damaris y yo con la intención de pasar la Nochebuena y el día de Navidad con la familia de Saraí y Damaris.



Este año me tocaba pasar la Navidad fuera de casa, pero este año por lo menos no comería, solo, un trozo de pizza en una cafetería de New York :) Por el contrario me tocaba comer acompañado en un pequeño pueblo de México. En mi vida pensé poder llegar a viajar tanto y cambiar de paisaje tanto en las mismas fechas... Hasta ahora, mis Navidades siempre habían sido en Galicia.



Tras comer algo de pavo y pasar unos buenos ratos en compañía, llegó el día 26 de diciembre y nos pusimos rumbo a nuestro siguiente destino: Guanajuato.

El padre de Saraí y de Damaris nos dejó un coche para ir manejando y disponer de coche en nuestro viajecito, así que nos montamos en el coche sobre las 10 de la mañana y salimos hacia Monterrey para hacer una breve parada y recoger algunas cosas y de allí seguimos hacia Guanajuato.


El viaje demuestra algo totalmente cierto: las carretera de México en nada se parecen a las de USA (ni a las de España), y las "áreas de servicio" en México son para verlas (está todo lleno de "Vulcanizadoras" o tiendas para arreglar ruedas pinchadas)... manejar en México es una experiencia totalmente distinta a manejar en USA y, ¿sabéis qué? es algo que todo el mundo debería de experimentar porque tiene su encanto manejar por esas carreteras llenas de baches y pararse a pagar por tramos de carretera que se podrían clasificar como comarcales en España.



Tras pasar por Monterrey, Saltillo, Matehuala, San Luis Potosí, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, a este último pueblo llegamos tras habernos equivocado al tomar una carretera, finalmente llegamos a Guanajuato a las diez de la noche. Con el tiempo justo para darnos cuenta que íbamos a aparcar el coche en el hotel y que no lo sacaríamos de allí hasta el día de marcharnos... y es que vaya laberinto de calles, túneles y callejones que es Guanajuato. Una ciudad muy agradable para visitar y pasearla, pero un auténtico infierno para conducirla. Incluso yendo en taxis el tráfico parecía bastante complicado y lento.



Tras preguntar en una gasolinera cómo se llegaba al hotel llegamos a nuestro destino con ganas de cenar y acostarnos a dormir.

Aparcamos el coche, llamamos a un taxi, nos fuimos a cenar a un pequeño restaurante de Guanajuato, una cena muy buena por cierto, y nos fuimos a dormir al hotel para estar frescos al día siguiente.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Veracruz - El Tajín - Quiahuiztlán - Antigua Veracruz - Veracruz - Monterrey

Me bajé en Veracruz a las 7 de la mañana con ganas de comer algo y con la idea de tomar un taxi que me llevase a la casa donde había alquilado coche.
Prepagué el taxi, siempre da más confianza saber que el taxista no te va a cobrar más que lo que ya has pagado, y nos fuimos a buscar el lugar donde se suponía estaba la casa de alquiler.



Pero... oh, sorpresa! Resulta que la empresa en la que había reservado el coche NO EXISTÍA. Vaya, menos mal que no había dado los datos de mi tarjeta en internet y que no me habían cobrado nada... Aún hoy no entiendo qué hice mal porque la empresa donde renté sí tiene otras sucursales en otras ciudades y es una empresa que, parece ser, es conocida. Bueno, el caso es que tuve que irme a otra empresa de alquiler de coche y alquilar un coche en el momento. Ningún problema porque en 15 minutos ya tenía todo solucionado y ya había rentado un GPS para que me llevase a El Tajín. Sólo una recomendación: Nunca rentéis un GPS en México! No funciona en ningún lado... por lo menos en el que yo alquilé, no acertaba ni una calle ni de casualidad, horrible. Me engañaron con lo del coche y tiré el dinero que me costó el GPS... preferiría haber enterrado ese dinero en vez de rentar el GPS, por lo menos me habría entretenido haciendo un agujero en el suelo :)

Tras estos breves contratiempos me puse en marcha sobre las 9 de la mañana, mi meta era llegar a El Tajín sobre las dos de la tarde, tiempo más que de sobra para ir con calma admirando el paisaje, parando en algún sitio puntual y retener en la memoria algún lugar en el que parar en mi regreso, al día siguiente, a Veracruz.



Llegué unos pocos minutos antes de las dos de la tarde a la Zona Arqueológica de El Tajín y allí me esperaba mi primera sorpresa: ver a los bailarines de El Tajín lanzándose desde lo alto de un póster. Allí me quedé embobado viendo el espectáculo hasta que se acabó y uno de los bailarines vino a pedir 20 pesos por el espectáculo... ni caro me pareció.


Después me tocó entrar en El Tajín y disfrutar de las pirámides, de los caminitos y de las indias vendiendo todo tipo de comida. Un lugar bien bonito y bien distinto a las pirámides de Teotihuacán. No diré ni más feo ni más bonito, simplemente, distinto. Lugares, ambos, que deben ser visitados para entender la grandeza de las civilizaciones prehispánicas. Os dejo una presentación para que os hagáis una idea.



Después de visitar el Tajín me regresé por el mismo camino hacia Veracruz y paré a visitar el pueblo de Papantla y finalmente llegué dormir a Nautla a un hotelito al lado de la playa y con pisicina. Mi idea era ir a bañarme a la playa pero ya estaba anocheciendo y no me apetecía tener que limpiarme las arenas después del baño así que decidí darme un baño en la piscina, exterior claro, en pleno mes de diciembre... otra experiencia que no creo poder repetir en diciembre en Santa Fe :)


Al día siguiente salí por la mañana con la intención de visitar tres lugares antes de montarme en el avión hacia Monterrey. En mi camino de regreso a Veracruz fui disfrutando con calma de todos los pueblos que se cruzaban en el camino y paré a ver un complejo arquitectónico que se llama Quiahuiztlán y que había visto el cartel en mi viaje hacia El Tajín.



Quiahuitztlán es un complejo arqueológico tolteca que es conocido por sus edificaciones funerarias y por estar en un enclave impresionante con vistas al mar y a los pies de un cerro montañoso que llama la atención cuando vas por la carretera.

Hasta donde yo sé, Quiahuiztlán no es un lugar tan conocido como puede ser El Tajín, probablemente porque no es tan grande pero que sin duda es un sitio que merece ser visto.



Desde Quiahuitztlán decidí seguir conduciendo hasta llegar hasta La Antigua Veracruz pero después de ver unos cuantos carteles que ponían "Precaución Zona Cañera", decidí salirme a un pueblo en el que había una fábrica de producción de azúcar y había un montón de camiones llevando caña de azúcar a la fábrica. ¿Para qué salí a ver una cosa semejante? Pues porque iba solo y me apetecía :) Lo bueno de viajar solo es que puedes pararte donde quieras sin dar ningún tipo de explicación.


Después de dar unas vueltas por el pueblo, que no tenía nada a parte de las cañas de azúcar tiradas por los suelos y camiones esperando a descargar por todas partes, seguí hasta La Antigua Veracruz donde me fui a comer a un restaurante al lado del río y fui a visitar un par de iglesias de estilo colonial español (una de ellas era la iglesia del Rosario, patrona de mi A Coruña natal y que estaba decorada con cerámica de Talavera de la Reina, una de las ciudades en las que estuve unos cuantos meses dando clases en España), el cementerio del pueblo (¿por qué siempre acabo viendo cementerios?) y, como no, la casa de Hernán Cortés.


Tras la rápida visita a La Antigua sólo me quedaba llegar a ver Veracruz y disfrutar, en las tres horas que me quedaban antes de llegar al aeropuerto, de todo lo que pudiese ver: algo de playa, el puerto, el paseo marítimo y algo de la zona centro. No sé qué hice mal pero nunca llegué a ver el zócalo de la ciudad, un lugar que dicen que está bastante bien pero que no encontré a la primera, seguro que pasé por alguna calle cercana, y como tampoco disponía de demasiado tiempo no quise pararme a preguntar por dónde tenía que ir.


Le eché gasolina al coche y ya me fui a dejar el coche al aeropuerto y sentarme en la barra de la cafetería de la zona de embarque a comer algo y esperar a que llegase la hora de salir hacia Monterrey.


Finalmente llegué a Monterrey a las nueve de la noche con el tiempo justo para que me llevase Saraí a un local en el que había quedado con sus amigos, beber unas cuantas cervezas e irnos a dormir para al día siguiente salir hacia Sabinas Hidalgo.



Se acercaban mi segunda Nochebuena lejos de mi familia... eso sí, este año la iba a pasar acompañado :)