viernes, 29 de julio de 2011
El Inicio del Fin
Tras estar en España durante un mes en el que aproveché para visitar a mis amigos de Corral de Almaguer, arreglar los papeles de mi trabajo en Toledo y visitar a mis padres y amigos en Galicia, llegó la hora de que Saraí viniese con su hermana para conocer a mis padres, España y un poco de Europa.
Y es que aprovechando que a Saraí y a Dámaris les gustaría visitar un poco de Europa pues yo también aproveché para conocer un poco de Londres y volver a visitar París.
El día 27 de julio ya estaba esperando en el aeropuerto de Barajas para regresar a Albuquerque y asistir al “retreat” que nos tenía preparada la escuela para hablar de algunas cosas que nos iban a sacar de quicio.
El retreat fue los días miércoles, jueves y viernes en un resort de Albuquerque. Un lugar con piscina y muchas zonas verdes que no pudimos disfrutar demasiado porque teníamos reuniones a todas horas.
Entre las cosas que se trataron allí: todas las obligaciones que teníamos en la nueva escuela, las políticas de disciplina, algunas cosas administrativas, cosas acerca del Expeditionary Learning y el calendario escolar.
Resulta que al final del curso anterior los profesores habían decidido, no me incluyo porque yo voté por la otra opción, tener una jornada de cuatro días con los alumnos y el viernes descansar salvo por 12 viernes que tendríamos que ir a algunas reuniones. Con este horario, en el cual trabajaríamos 7 horas y media cada día de lunes a jueves, trabajaríamos la misma cantidad de horas que si trabajásemos cinco días a la semana, lo cual, ciertamente, sonaba bastante bien para nosotros… tendríamos un fin de semana de tres días. A mí había algo que no me acababa de convencer en tanta felicidad y por eso me decanté por votar 5 días… y, ¡o sorpresa!, mis peores temores se cumplieron. El primer día del retreat ya nos dijeron que íbamos a tener que trabajar todos los viernes del año de nueve a dos y que la jornada laboral de lunes a jueves pasaba de ser de 7 horas y media a 9 horas. ¡Cojonudo! Nos acababan de engañar como a chinos y aún por encima se permitieron la desfachatez de decir que nos daban 6 viernes libres al año y en esa cuenta de 6 iban incluidos el viernes de Thanksgiving y el viernes de Spring Break, viernes que son festivos para todo el mundo.
Menuda tomadura de pelo. Me enfadé mucho y protesté todo lo que pude, con las cuentas en la mano de lo que íbamos a trabajar de más por el mismo salario, y lo único que logré es que se me dijese que si necesitaba algún viernes que lo pidiese porque no se me iba a descontar de ningún lado. Una mierda de todas formas porque se supone que los viernes eran míos y ahora los tengo que pedir… pero no pasa nada, este año me estoy armando de paciencia y estoy pidiendo todos los viernes que me apetece, tenga cosas que hacer o no.
Después de todo el tema del retreat, teníamos toda una semana libre. Sí, para mí fue una putada venir a USA y perder una semana de mis vacaciones, algo que el imbécil del contable no pudo entender. Aún así, lo que hice fue irme varios días de esa semana en un viaje en coche para olvidarme de las putadas que nos habían hecho en la escuela.
Así es que llegué a mi casa el viernes en la tarde y el sábado al mediodía ya había puesto en marcha mi Suburban, que llevaba parada dos meses, con rumbo al Oeste de New Mexico para iniciar mi viaje.
Ah, por cierto, en la casa todo seguía igual salvo que tenía en el buzón tanta publicidad que ni siquiera cabía. La camioneta encendió a la primera y en casa todo estaba en orden. Y una última cosa, ahora la escuela en la que estoy se llama TECS en vez de TECHS, como tenemos a los del grado 7 (Middle School) ya no podemos decir que somos una High School y por eso le quitaron la H :)
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